MADRID, 8 Feb. (CHANCE) -
De escándalo en escándalo y "tira por que me toca" así está últimamente Justin Bieber, aunque a diferencia de su compañera de travesuras Miley Cyrus, lo que el canadiense realiza son actos que sobrepasan la legalidad. Tras su detención por participar en una carrera ilegal su imagen de delincuente ha llegado hasta tal punto, que se ha pedido su deportación a Canadá.
En las imágenes se puede ver a un Justin despreocupado y dando vueltas por la comisaría sin quitarse ni siquiera la capucha de su sudadera, por creer que estará de paso.
Sin embargo, minutos más tarde, un agente de la policía le ordena que se descalce y deje sus llamativas zapatillas naranjas, y los calcetines, encima del mostrador para empezar a cachearle.
El artista canadiense termina quitándose hasta la sudadera para que el registro que le hacen por todo su cuerpo, y conocer así si lleva marihuana u otro tipo de drogas, sea más exhaustivo.
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En total, Justin Bieber permaneció seis horas en la comisaría de Miami, de la que fue trasladado a la cárcel del condado. Allí, después de ser fotografiado para seguir el procedimiento habitual de los detenidos, fue puesto a disposición del juez, que decretó su libertad condicional, tras pagar una fianza de 2.500 dólares.
Aunque la historia aún no ha terminado para el joven canadiense, que todavía tiene otra vista ante el juez. No obstante, fuentes cercanas a la fiscalía han asegurado que será poco probable que el caso vaya a más, ya que el adolescente de 19 años no tiene antecedentes penales en Florida.