MADRID, 29 Dic. (CHANCE) -
"Aquí estoy, dispuesta a recibir aquello que venga, sin lágrimas; no tengo miedo a nada ni tan siquiera a la muerte, la he visto de cerca muchas veces y la conozco perfectamente", así hablaba la propia Carmen Franco en el final del libro que Nieves Herrero le ha dedicado Carmen. El testimonio novelado de la hija de Franco. Una mujer testigo de la historia.
Carmen Franco y Polo ha fallecido este 29 de diciembre en su residencia de Madrid acompañada por todos sus hijos, nietos y bisnietos. Una pérdida que llega después de descubrir que padecía un cáncer terminal del que decidió no tratarse. A sus 91 años, la hija de Francisco Franco deja una gran familia que formó junto a su marido Cristóbal Martínez Bordiú, Marqués de Villaverde. Una vida de luces y sombras donde pasó sus primeros años de juventud a la sombra de los palacios y cuarteles donde vivió.
La única hija del General Franco y Carmen Polo nació el 14 de septiembre de 1926 en Oviedo. Conocida en su círculo cercano como Nenuca o Carmelilla, recibió una educación muy diferente a la del resto de los niños. No acudió ni al colegio ni a la universidad sino que fue formada dentro del Palacio de El Pardo por una tutora.
Abandonó el palacio a los 24 años para casarse con el cirujano Cristóbal Martínez Bordiú, Marqués de Villaverde, título que heredó de él y que posee junto al de duquesa de Franco que le fue concedido por el Rey Don Juan Carlos tras la muerte de su padre. El matrimonio tuvo siete hijos: Carmen (nacida en 1951), María de la O (nacida en 1952), Francisco (nacido en 1954), Merry (1956), José Cristóbal (nacido en 1958), María de Aránzazu (nacida en 1962) y Jaime Felipe (nacido en 1964).
Entre sus negocios familiares destaca su entrada en los años sesenta en el mercado inmobiliario con la familia de constructores San Román, en edificaciones Tifján SL. Hasta 1986 dispuso de pasaporte diplomático y en 1991 constituyó junto a su marido la sociedad Proazca SA, para compra venta de aparcamientos. En 1998 enviudó y adquirió un perfil social aún más bajo.
Durante estos años hemos podido verla disfrutando de todas las bodas, bautizos y comuniones que su amplia familia ha vivido. Carmen siempre dio libertad a sus hijos y les apoyó en cada una de sus decisiones, algo que su primogénita siempre ha alabado. Aunque recientemente Carmen Martínez Bordiú deseaba tener a su madre un poco más a su lado, este fin de año han tenido que decirle adiós. Descanse en paz.