MADRID, 29 Sep. (CHANCE) -
EL POSIBLE MÓVIL DEL HOMICIDIO
Asunta tenía una excelente relación con su abuelo; sus conocidos les veían a menudo antes de que falleciesen juntos paseando. Por eso no es de extrañar que sus abuelos le dejasen un patrimonio que podría ascender a los 3 millones de euros como han contado personas cercanas a la familia a El Mundo. Sin embargo la madre era la heredera de los bienes del abuelo, y pese a que sus antiguos abogados (antiguos porque han dimitido los dos abogados del padre y la madre de Asunta) han dicho que Asunta no recibió ningún bien, pese que a esas mismas fuentes aseguran lo contrario a El Mundo.
La madre, según ha publicado El Mundo, tenía problemas económicos graves. Estaría relacionada entonces con negocios marroquís que la habrían arruinado, por lo que una supuesta razón económica se está barajando entre otras posibilidades.
Messaoud El-Omar, el amigo marroquí de Rosario Porto con el que tenía negocios, está imputado por explotar imigritantes; supuestamente les ofrecía buenas condiciones de trabajo en España muy alejadas de la realidad que se encontraban al llegar, donde eran forzados a trabajar en condiciones evidentemente ilegales como cuenta La Voz de Galicia.
Algunos medios llegan incluso decir que Rosario Porto y él eran amantes, pero lo más importante es sus negocios de inversión inmobiliaria.
ROSARIO PORTO ORTEGA PERTENECE A UNA DISTINGUIDA FAMILIA GALLEGA RELACIONADA CON EL MUNDO UNIVERSITARIO Y DEL DERECHO
Rosario Porto Ortega es una conocida abogada compostelana perteneciente a una distinguida familia gallega. Tras licenciarse en Derecho en Santiago de Compostela amplió sus estudios en universidades británicas y francesas. A los 27 años fue nombrada cónsul honoraria de Francia, cargo en el que sustituyó a su padre, también abogado de profesión y que había ostentando este cargo durante 25 años.
Rosario hija del abogado Francisco Porto Mella y la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Santiago Socorro Ortega Romero, heredó de sus padres un importante patrimonio, que incluye viviendas en Santiago, Vilanova de Arousa y Montouto (Teo), muy cerca de donde apareció el cadáver de la pequeña.
Por su parte Alfonso Basterra, era un periodista vasco que llevaba en Galicia más de 20 años y se dedicaba a temas relacionados con la economía.
Sin embargo a pesar de tener dos carreras tan brillantes, en los últimos años los dos padres de la pequeña habían ido dejando de lado sus trabajos.
El otro abuelo de Asunta, Ramón Basterra, ha concedido una entrevista a Telecinco en la que se pronuncia: "Sospecho que mi hijo ha encubierto a su exmujer".
Por lo visto, Charo (como llaman sus allegados a Rosario) es el amor de su vida para su marido es el amor de su vida para Alfonso Basterra como cuenta su padre, el otro abuelo de Asunta. Por eso, como él ha declarado "Sospecho que como está enamoradísimo mi hijo la ha encubierto".
Además explica que su hijo es muy sacrificado y cariñoso, que se paseaba todos los días con Asunta y que "Más talento que él no se podía tener". Su hijo le llamaba amenudo para hablarle de Asunta, contándole lo lista que era y lo bien que hablaba inglés; próximamente iban a apuntarla a clases de chino.
Durante toda la entrevista el abuelo se muestra cercano a su hijo, preocupado por lo que está viviendo y asegurando que todo esto le va a pasar factura. Insiste en que su hijo quería mucho a Asunta y estaba muy cercano a ella.
La adopataron como cuenta Ramón Basterra porque sabían que Charo no podía tener hijos, ya que era muy alto el riesgo de abortar. Aunque él está tan perdido en cuanto a las razones del homicidio, aunque también apunta a las razones económicas:
"Ella estaba preocupada porque tenía una herencia importante y tenía que liquidar muchas cosas. Tiene 3 o 4 pisas en Santiago de Compostela y una buena finca que le dejaron sus padres. Ahí hay mucho dinero" explicó en la entrevista aunque aclarando que su hijo nunca le dijo que tuvieran problemas serios para sacar adelante su economía.
Todo esto no puede evitar recordar al famoso caso de Los Marqueses de Urquijo, el caso que paralizó a la sociedad por la atrocidad de los asesinatos, la codicia y las vidas que sesgó.
LOS MARQUESES DE URQUIJO, UN CRIMEN CON MÓVIL ECONÓMICO Y "VENGANZA" CON MUCHAS INCÓGNITAS
En 1980 María Lourdes de Urquijo y Morenés, Marquesa de Urquijo y su marido Manuel de la Sierra fueron tiroteados mientras dormían en su residencia en Somosaguas. El condenado culpable de los asesinatos fue Rafael Escobedo Alday, marido de la hija de los Marqueses que un tiempo antes del asesinato de los Marqueses le dejó y empezó una relación con un americano.
Se halló culpable a Escobedo por un móvil de venganza cuando se encontraron unos casquillos de pistola que coincidían con las del crimen, aunque el juicio se complicó cuando estos desaparecieron. Rafael Escobedo apareció muerto en la cárcel. En sus memorias también dejaba escrito que esa noche eran seis las personas que entraron en casa de los Urquijo en lugar de tres como se dijo. Uno de ellos se tropezó con una silla y María Lourdes se despertó exclamando un nombre. Esa persona al verse descubierta, disparó a la marquesa a bocajarro a diez centímetros de distancia, según relataba el abogado Marcos García Montes por lo que se pondría en duda la autoría del crimen a Escobedo: "Ni fue el ejecutor, ni el inductor".
Al lado de Escobedo apareció el nombre de su amigo Javier Anastasio, que aseguró en su declaración que él acercó a Escobedo hasta casa de los marqueses y hasta el día siguiente no volvió a saber nada de él cuando "Rafi" le pide que le ayude a hacer desaparecer la pistola como confesó a Vanity Fair. En cuanto a lo que pasó dicha noche explicaba midiendo mucho sus palabras: "Yo no acuso a nadie, pero me parece que la coartada de Juan de la Sierra y del administrador es falsa y no hubo interés en desmontarla". Avisado por "Un juez honesto y decente que formaba parte del tribunal que iba a juzgarme me dijo que me fuera, que iban a condenarme", sigue desaparecido, o no tanto, desde 1987.
Vanity Fair conseguía el pasado 2010, prescrito ya el crimen, entrevistar a Javier Anastasio en Buenos Aires aunque según la directora de la revista no vivía expresamente en la capital. El amigo de Escobedo aseguraba: "Estoy seguro de que Rafi no ha matado a los marqueses de Urquijo" y sobre su propia huida comentaba que no había sido tan buscado y que de hecho le pararon en el aeropuerto de Brasil y a pesar de la orden de busca y captura internacional fue puesto en libertad.
El propio mayordomo de la familia ponía sus ojos en Juan, el hijo de los marqueses, él no acusa pero sí que dice que hay muchos detalles en esta historia que se quedan sin resolver. Por su parte para Anastasio, Juan alegó que venía en un vuelo procedente de Londres al enterarse de la muerte pero resulta que: "No estaba en el vuelo que decía de estar". Mauricio López Robers, amigo de Javier Anastasio, mantuvo la hipótesis de que los hijos de los marqueses de estar compinchados con los asesinos.
Lourdes Garzón directora de de Vanity Fair, en una entrevista en Espejo Público aseguraba que este caso era un cluedo y que haciendo todas las combinaciones posibles ninguna cuadraba. Detrás de todo esto se podía hablar de complot porque en ese momento se iba a producir la fusión del banco Urquijo con el Hispanoamericano.
Muchas incógnitas quedaron sin respuesta. Una de las más esclarecedoras podría haber sido la de Jose Antonio Galera Echenique, el sacerdote con el que se confesó Escobedo, pero alegó secreto en razón de su ministerio sacerdotal y no declaró.
Toda una trama novelesca que tristemente se ha vuelto a repetir con el homicidio de Asunta. Un patrimonio, móviles, interrogantes e incógnitas. El mayordomo de los Urquijo bien sería la tía de Rosario, que era la que alzaba la voz de alarma de las casualidades de la muerte de los padres de esta, practicamente a la misma hora con seis meses de diferencia y los profesores, que de la pequeña Asunta que han ido a declarar que la niña no coordinaba bien a la hora de hablar y al informar a los padres en sus momentos le dijeron que era debido a la fuerte medicación que tomaba.
Esperemos que pronto se aclaren los hechos y los culpables sean castigados.
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