MADRID, 29 Mar. (CHANCE) -
El tradicional Bal de la Rose que cada año inunda Mónco de glamour y buen estilo ya se ha celebrado. El conocido Baile de la Rosa de este año iba atraer todas las miradas puestas en Alberto y Charlène de Mónaco.
Como ya os adelantábamos ayer, los dos monarcas de Mónaco podrían enfrentarse a una supuesta crisis de matrimonio. Y sin duda, la gran ausencia de Charlène en el 'Baile de la Rosa' sin duda no hará más que acrecentar dichos rumores.
Y es que ahora que la princesa está al cuidado de sus dos mellizos, Jacques y Gabriella, no sabemos sí esto habrá motivado a la esposa de Alberto II a quedarse en casa para que los pequeños no se separen de su madre en todo momento.
Ya os contábamos que la prensa está divida entre los que creen que el matrimonio no está pasando por su mejor momento y los que creen que las reformas de la casa donde ambos pasarán su feliz estancia junto asus pequeños y que es lógico que Charlène se haya trasladado a otro lugar fuera de Palacio para evitar el polvo y el ruido.
El que sí tuvo que acudir como es tradición es Alberto de Mónaco que estuvo acompañado por su hermana Carolina de Mónaco que ejercía de acompañante.
Carolina, fiel a su estilo elegante, no dudó en calzarse un vestido en blanco de seda conjuntado con un enorme collar de pedrería.
Algo más desacertada estuvo su hija, Carlota Casiraghi, que a pesar de ser una de las joyas y bellezas de Mónaco, el vestido de Chanel que llevaba no le hizo justicia. Ese rosa palo de lentejuelas no fue uno de los aciertos de la noche. Eso sí, Carlota tampoco estuvo acompañada de su pareja, el actor Gad Elmaleh.
Pero sin duda, los colores, el diseño y quizás una talla menos o algo más ajustado le habría quedado a la hija de Carolina de Mónaco el modelo ideal. Un diseño tendencia de esta temporada y que sin duda veremos en próximas ocasiones.
A diferencia de la que será su futura cuñada, Beatrice Borromeo, que se calzó un elegante vestido en plata. La pareja de Pierre Casiraghi y el propio hijo de Carolina están a punto de casarse y sin duda se les ve más enamorados que nunca.
De entre los invitados reconocidos hay que destacar uno que llamó la atención, Karl Lagerfeld. El diseñador de Chanel, fiel a su estilo, no dudó en calzarse su traje negro, camisa blanca, corbata negra y sus inconfundibles gafas de sol.
La cantante británica Lily Allen también fue una de las invitadas de lujo y la que puso la nota musical a la noche.