MADRID, 30 Abr. (Irene Díaz /CHANCE) -
Bertín Osborne ha vuelto ha sonreir. Ilusionado con el próximo bautizo de su nieta Sandra, la hija de su hija de Eugenia, habla con orgullo de lo fuerte y unida que está la familia.
Entregado a su empresa de alimentos y a su fundación con el fin de sacar adelante un centro de rehabilitación para niños con minusvalías cerebrales y neurológicas, enfermedad que sufre Kike, el cantante está ahora ilusionado con la costrucción de su nueva casa en Ciudad Real.
Casado desde hace seis años con Fabiola Martínez y viviendo una segunda juventud con sus hijos pequeños, el andaluz se siente pletórico con su faceta de abuelo.
-¿Es el padel tu secreto para mantenerte en forma?
-Sí, juego cuatro o cinco veces a la semana pero también utilizo el traje ese nuevo que te da corriente, dos veces por semana. Estoy que doy miedo
-Te impone llegar a los sesenta...
-No, están al caer pero me encuentro en forma, mientras pueda seguir haciendo lo que he hecho toda mi vida no tendré problemas con los años, sigo haciendo lo mismo que hacía con veinticinco, hago deporte, monto a caballo y disfruto de la vida. A mi no me afecta el calendario, no tengo ningún problema en cumplir años.
-Los niños tampoco te dan tiempo de parar quieto...
-Siempre he hecho mucho deporte, no soy de estar aplastado en el sofá y ahora menos con tantos niños en casa. Ahora por las tardes voy con carlitos a jugar al tenis y darle clases, no paro.
-Dicen que se parece mucho a ti, ¿se ha convertido en tu ojito derecho?
-Me hace mucha gracias porque es muy cachondo, se le ocurren cosas muy graciosas y disparatadas y eso me divierte mucho porque me recuerda a mi.
-Y el hecho de que sea varón...
-Claro, siempre decía que no porque las niñas son maravillosas y me ha ido muy bien con ellas pero lo cierto es que tenía muchas ganas de tener un niño como Carlitos o su hermano Kike, que es el que más cariño nos da de todos.
-¿Por qué has decidido vender vuestra casa de Sevilla?
-Ley de vida, ya no voy nunca y es una casa demasiado importante para tenerla mantenida, cuesta mucho trabajo y mucho dinero y ahora mismo no estoy por la labor de gastarme una fortuna en una casa que no disfruto.
-¿Has encontrado ya comprador?
-No, lo estoy deseando pero todavía no, hay un par de personas interesadas que la ven ahora a final de mes pero todavía no he cerrado nada.
-¿Ya has encontrado lo que quieres en Ciudad Real?
-Claro, por eso estoy deseando tener vendida Sevilla.
-¿Por qué Ciudad Real?
-Porque me he criado en Cuidad Real, el campo en el que crecí de mis padre estaba allí, me he criado en Villanueva de los Infantes. Soy medio manchego, adoro la mancha y además está a cuarenta y cinco minutos en ave de Madrid. Tardo hora y media en coche, Es fenomenal para Kike, para mi mujer estupendo porque no discute y para mi que me encanta el campo que sigo respirando aire puro y viendo a los potros correr por el campo.
-A Fabiola sin embargo le gusta la ciudad...
-Ya pero es lo que hay, yo he cubierto mi cupo de cuidad con los últimos tres años. Cuando tenga la casa terminada en Ciudad Real o me voy a vivir allí o al menos paso la mitad de la semana, seguro.
-Construirla de nueva planta os permitirá hacerla adaptada...
-Claro, muchísima gente me ha ofrecido fincas con unas casas maravillosas pero primero no tengo dinero para comprarlas y segundo, tengo que hacer una casa especial para Kike, que sea de una sola planta, que tenga suelo radiante para que él que está en el suelo no sufra en invierno y muchas cosas más. La tengo que hacer nueva, no tengo más remedio. La voy a hacer con Joaquín Torres que me divierte muchísimo
-Fabiola contaba que el nuevo reto era que caminara, ¿Lo estáis consiguiendo?
-Es muy complicado, en el último mes hemos conseguido un avance tremendo, hemos conseguido que vaya al baño solo. Ha sido el mejor avance de los últimos meses para cualquier otro niño es algo normal pero para él y para nosotros es algo que te cambia la vida. Lo pide, va y se sienta, una maravilla.
-¿Cómo está la pequeña Sandra?
-Fenomenal, estupenda, guapísima, es una niña monísima. La semana que viene o la próxima la van a bautizar, yo no sé si podré ir porque estoy liado con el teatro pero intentaremos arreglarlo.
-Eugenia encantada con ella...
-Fantástica, con su niña y su hijo Juan, el loco de los caballos, no existe nada más que le guste más que un caballo, estoy loco por llevármelo al campo unos días a montar conmigo.
-La familia vuelve a sonreír, gracias a qué, ¿a vuestra fuerza y unión?
-Claro, a todos nos llegan desgracias, hay que mentalizarse, asumirlo, llorarlo en casa y seguir adelante. Son cosas que se quedan en el recuerdo para toda la vida pero hay que ocuparse de los que están aquí y cuidarlos, porque lo necesitan.
-Te has vuelto muy familia, cuidas mucho el nido...
-Mucho, soy muy muy familiar.
-Ahora, ¿no?
-Ahora, sí (ríe)
-¿Gracias a Fabiola tal vez?
-No, gracias a las circunstancias.