MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Cumpliendo con sus compromisos profesionales, Carmen Lomana acudió al Hotel Westin de la capital madrileña para presentar el lanzamiento de las nuevas cremas de la marca Gisele Denis y es que la empresaria confesó ser una gran seguidora de las cremas para todo tipo de pieles maduras. Demostrando que es una mujer elegante en cualquier comento, Carmen eligió para la ocasión vestido midi en color rojo y blanco con topos que combinó a la perfección con bolso rojo de Gucci y las tradicionales sandalias de tacón de Valentino.
La colaboradora se sinceró con nosotros y habló de sus rutinas de belleza, rutinas que lleva siguiendo desde que a los catorce años su madre le inculcó el cuidado de la piel. También ha hablado de uno de los capítulos más oscuros de su vida, la época en la que perdió a su hijo recién nacido y tuvo que ser intervenida de urgencias a causa de un segundo embarazo, esta vez extrauterino. El broche de oro de la entrevista lo ha puesto su opinión sobre la fama y aquellas personas que se consideran famosos. ¡Sigue leyendo para saber más!
CHANCE: ¿Por qué Gisele Denis?
Carmen Lomana: Cuando me hablaron para ser embajadora de la marca, que yo vivía en San Sebastián, conocía a Gisele Denis porque iba al instituto de belleza que tenían en San Juan de Luz y en farmacia es una marca bastante conocida. Entonces, me hizo ilusión, además me parece que tienen productos fantásticos y que están en plena evolución y expansión de buenas creaciones. Creo que es una apuesta muy buena a un precio muy asequible para la gente. Porque a veces en cosmética lo que estás pagando es el paquete y la publicidad, aunque hoy en día muchas marcas tienen unos auténticos best-seller de cosmética. Pero creo que Gisele Denis tiene unos productos buenísimos y la relación calidad precio es espléndida. Porque no todas las mujeres pueden gastarse una barbaridad en cremas y cualquier mujer, trabajadora o no trabajadora, se tiene que cuidar y tiene que tener acceso a buenas cremas a precios asequibles.
CH: ¿Consideras que tienes la piel madura?
CL: Por edad indudablemente tengo una piel madura y si la comparo a como la tenía a los veinte años es madurísima, pero no me puedo quejar, porque tengo una buena genética y es el resultado de haberme estado cuidando toda la vida: limpieza, nutrición, hidratación... cada día de mi vida desde que tenía catorce años, influida por mi madre que era una mujer que se cuidaba muchísimo y tenía una piel maravillosa. Pero tengo algo en contra y es que tomo muchísimo el sol, me encanta tomar el sol, entonces creo que los efectos del sol te obligan a cuidarte. Cuando vuelvo de la playa me suelo dar cremas con mascarillas de aloe vera, para que todo lo que pierdes con el sol se vuelva a recuperar. Creo que soy un ejemplo de que tomar el sol no significa que tengas que tener la piel arrugada.
CH: Entonces, de cara a tomar el sol ¿te cuidas más el rostro que el resto del cuerpo?
CL: En la cara me doy protección de una marca francesa que no tiene un alto factor de protección pero se adapta a tu piel, depende del fototipo tiene más protección o menos, porque a mí las cremas con mucha protección me producen alergia ya que son pura química, y la prueba es que evitan que los rayos del sol entren. Por eso falta tanta vitamina D en el mundo occidental, porque con tanta crema para proteger no te entra la vitamina D.
CH: ¿Dirías que el tiempo te ha tratado bien?
CL: El tiempo ha sido hasta ahora bastante generoso conmigo pero también he sufrido muchísimo, he tenido una vidas buena pero con mucho sufrimiento y, sin embargo, siempre he tenido un momento para cuidarme y quererme. Creo que todo está en quererse. En febrero saco mi tercer libro y va a contestar muchas preguntas que me hacen las mujeres diariamente respecto a cómo me cuido, cómo es mi vida, qué he hecho, por qué estoy así... Pero, en resumen, son muchos factores y también está el hereditario, la genética, aunque yo tengo tres hermanos y no todos hemos envejecido igual.
CH: ¿Estás a favor de la cirugía estética?
CL: Creo que cuando tienes un defecto que es insalvable con cremas, como pueden ser la bolsas en los ojos, la única solución es la cirugía. Y es una cirugía label for action, que yo me la he hecho y es muy fácil, lo que pasa es que luego vuelven a reproducirse por muchas factores, pero creo que la mayoría de las personas no deberían de estar sufriendo por tener párpados o bolsas que les entristezca la mirada. Y luego, si se te empieza poner cara de bulldog y se te cae todo pues es la única solución, pero lo que hay que hacer es no llegar a eso.
CH: ¿Tú algunas vez te has retocado así la cara?
CL: No, el lifting de cara no me lo he hecho nunca. Botox muy poco porque a mí no me queda bien, ya que yo tengo una estructura ósea muy fuerte y una frente grande. Lo que hago es ponerme dos veces al año unos tensores y unas inyecciones que ayudan a pegar la piel y que no se descuelgue tanto. Alguna vez me he puesto botox, pero tiene que ser muy poco y una vez al año, porque hay gente a la que le favorece pero a mí no.
CH: Hay gente que piensa que por gesticular más y hacer ciertos movimiento la piel de la cara tiende a memorizar esas arrugas y a producir un envejecimiento temprano.
CL: Yo creo que eso es una tontería. A veces hay caras con unas expresiones preciosas por eso precisamente, por gesticular, porque la arruga no es fea. El pliegue de los ojos, la arruga, los gesto de vivir, no te los puedes quitar de un plumazo. Cuando eres joven sueles tener una cara muy bonita pero sin vida, luego se te empieza a marcar todo.
CH: ¿Te fijas en las mujeres de tu edad cuando las ves por la calle o en revistas?
CL: Las de mi edad suelen estar para los leones, entonces prefiero fijarme en mujeres de 50 o 55 años, bueno, en mujeres que están bien, porque la edad da igual. Hay mujeres que no tienen edad porque son mujeres con estilo, que están muy bien, que se han cuidado y se han querido y cuando te quieres no te tiras a matar, no te emborrachas, no fumas tres cajetillas al día.
CH: Entonces, ¿nada de beber y de tabaco?
CL: Yo fumo, dos cigarrillos después de comer. Me encanta y me doy ese placer y si salgo una noche con mis amigos pues a lo mejor me fumo otros dos, pero luego puedo estar quince día sin fumar, porque no soy adictiva, tengo la naturaleza de vivir sin tabaco. Yo solo me quedo con las cosas buenas de la vida.
CH: En los momentos que decías que lo has pasado mal, ¿te has dejado llevar por la pena?
CL: No. Hay gente que se autolesiona mentalmente y se crea sufrimientos innecesarios, pero yo no pienso así. Y tuve un duelo en el que parecía una viuda de García Lorca. Cuando perdí un hijo y me dijeron que no podía tener más el duelo fue espantoso pero me costó mucho más recuperarme de la viudedad que de la pérdida de los hijos.
CH: ¿El bebé llegó a nacer?
CL: Sí. Lo que pasa es que tuve un problema de Rh, que antes no se controlaba, entonces los niños nacían con lesiones de corazón, a lo que llamaban muerte súbita. Pero no quiero hablar de eso porque me pone muy triste. Pero luego tuve algo que fue todavía peor: me quedo embarazada nuevamente, un embarazo extrauterino que me puso malísima, y me tuvieron que operar de urgencia porque no sabían lo que era y el bestia del médico me cortó las dos trompas en vez de quitarme solo donde tenía el extrauterino. Con esto quiero decir que he pasado por mucho, pero lo peor ha sido la pérdida de Guillermo, porque lo demás pensaba 'bueno, pues no tendré hijos, peor sería haberme quedado ciega o haber perdido una pierna'. Siempre pensaba que habría algo mucho peor que eso, porque yo tenía una persona conmigo que me adoraba y me quería, entonces, pues bueno, en la vida no se puede tener todo.
CH: ¿Alguna vez te ha dolido cuando la gente pensaba que eras una mujer más frívola de lo que realmente eras?
CL: Me duele cada día esto que me han colgado de mujer frívola y millonaria, que no sé de dónde se lo han sacado porque encima me hace un daño horroroso, porque la gente se cree que soy rica y todo el mundo va a cobrarte más y hacienda va a por ti... Yo soy una persona súper normal con los pies en la tierra y no voy de famosa, de hecho me espanta esa gente que se cree que no puede hacer una vida normal y salir a la calle porque es famoso. Pues si eres famosos y te piden fotos es lo que tiene que ser.
CH: Tú siempre has sido muy cercana.
CL: Creo que soy muy normal. Y frívola... pues creo que a veces se juega con la frivolidad para vivir pero no con la superficialidad, que es otra cosa. Pero la frivolidad forma parte de la inteligencia y te ayuda a reírte de ti misma y de las situaciones, para protegerte en un momento dado... No hay que ser tan trascendente en todo ni tomarte las cosas tan en serio, porque hay famosos que se lo toman en serio y se creen importantes y dices 'pero tú de que vas, tío no te lo tomes en serio'. Yo me lo tomaría mucho más en serio si fuese una arquitecta famosísima, pero no por salir en la tele.
CH: ¿A quién consideras tú famoso?
CL: Para mí famoso es Pérez Reverte, que además de ser un académico cada libro que saca es un éxito y es un hombre con un criterio maravilloso. Para mí un famoso es un investigador en medicina o un farmacéutico que crea un fármaco para poder curar a las personas... para mí eso es ser famoso y a esos no los conoce nade.
CH: Entonces, ¿qué te consideras?
CL: Yo soy una persona que trabaja en los medios y que me encanta y soy popular.
CH: Pero tú no has sido popular toda tu vida.
CL: Mi popularidad apareció cuando yo tenía sesenta años, pero parecía que tenía muchos menos, porque es la actitud, todo está en la cabeza, la cabeza es nuestro mejor amigo y nuestro peor enemigo, depende de como la utilices. Y yo vivo como una adolescente, entonces mi mente es muy joven, aunque por otro lado tengo las ideas muy claras. Mucho rigor, mucha disciplina, leer y estudiar... Nunca dejo de formarme porque creo que es fundamental. Una persona informada es una persona que tiene opinión y una mujer tiene que ser importante por ella misma y no el hombre del que va colgada del brazo, es que no puedo soportar eso, tú tienes que ser tú, de soltera, casada o viuda.