Chile.- La Armada reconoce las torturas cometidas en dictadura y anuncia un acto de desagravio en el 'Esmeralda'

Actualizado: martes, 30 noviembre 2004 22:23

SANTIAGO, 30 Nov. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Claudia Riquelme) -

La Armada de Chile hizo hoy un histórico reconocimiento de las torturas realizadas sobre miles de personas cuyo testimonio fue recogido por la Comisión Nacional de Prisión Política y Tortura y anunció que realizará un acto de desagravio en el buque escuela 'Esmeralda' en honor de todos los que sufrieron apremios a bordo de la nave insignia de la institución.

En una declaración pública de siete puntos, la Marina chilena aceptó por primera vez que dentro de la institución se cometieron torturas y que el 'Esmeralda' fue un centro de detención durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), lo que había sido sistemáticamente desmentido por el organismo armado.

La nota señala que la Armada "acoge con generosidad y cristiana humildad" el informe de la mencionada comisión, dado a conocer el pasado domingo por el presidente de Chile, Ricardo Lagos, y que da cuenta de crudos testimonios de 35.000 chilenos que fueron detenidos y maltratados duramente durante la dictadura.

"Aceptamos como verdaderos todos los testimonios, aun cuando dada la naturaleza de la comisión no es posible exigirle la rigurosidad propia de un proceso judicial; ni tampoco la Armada posee archivos con informaciones que permitan ratificar o desmentir las denuncias registradas", dice la Armada.

La Marina insistió en que "toda la información requerida que obra en nuestro poder fue entregada a la comisión". "Lo propio hemos hecho con los tribunales de Justicia", añadieron.

La nota indica que la lectura del documento de la comisión "es impactante y conmovedora, y nadie podría desconocer que en Chile se violaron gravemente los Derechos Humanos y la dignidad de muchas personas inocentes, por parte de agentes del Estado".

"En este contexto, algunos miembros de la Armada, desviándose de la recta doctrina, también participaron en estos luctuosos hechos, particularmente durante los primeros meses inmediatamente posteriores al 11 de septiembre de 1973", señala la Marina, en su primer reconocimiento de estos hechos.

Además, indicaron que la Armada de Chile "jamás ha validado y ni siquiera insinuado la aplicación de tortura". "La violación de los Derechos Humanos nunca ha sido una política institucional. No obstante, a la luz de los testimonios recogidos por la Comisión, no podemos sino reconocer que en la cadena jerárquica de quienes estaban encargados de los procesos de interrogación, hubo personas y mandos que cometieron, autorizaron o simplemente permitieron que en los recintos de detención a su cargo ocurrieran tan lamentables hechos", expresaron.

"Tales responsabilidades en lo ético y lo penal son estrictamente individuales. En todo caso, la Armada a corto andar enmendó rumbos y eliminó estas prácticas contrarias a su ser íntimo", precisaron.

La Marina dijo que "se hace un deber en expresar que lamentamos profundamente la violación de los Derechos Humanos y de la dignidad de las personas, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia, pero particularmente delicado es que ellas hayan ocurrido abordo del buque escuela 'Esmeralda', que es todo un símbolo para Chile entero".

"Fue desafortunado --agregaron-- que ese buque haya sido utilizado como centro de detención, aun cuando hubiese sido sólo por dos semanas. Peor todavía que se hubiese constituido a bordo una unidad especial para interrogar bajo tortura a los detenidos. Al respecto, estamos disponibles para hacer lo que esté a nuestro alcance, como un gesto de desagravio y reconciliación".

La nota precisa que "sin duda que no hay ningún contexto que justifique la violación a los Derechos Humanos". "Sin embargo, si verdaderamente queremos entender por qué ocurrió en Chile esta suerte de locura colectiva, no podemos abstraernos del clima de polarización y odio que se había generado desde antes de 1973. Es la única forma de prevenir que estos hechos se repitan", añadió.

Además de solidarizarse con todos los que fueron torturados y humillados, la Armada de Chile recogió el llamamiento del presidente Ricardo Lagos, en el sentido de asumir esta realidad con visión de futuro y de trabajar para que nunca más ocurran hechos similares