MADRID, 31 May. (CHANCE) -
Clinton Eastwood cumple hoy 85 años. En plena actividad como director, el polifacético artista no solo cuenta con unas de las carreras más brillantes de Hollywood, con un pasado como actor repleto de éxitos, y un presente marcado por sus triunfos como director, sino con una vida personal repleta de amores, matrimonios, divorcios e hijos.
Nacido en 1930 en San Francisco, Clint cuenta con ascendencia inglesa, irlandesa, escocesa y holandesa. Antes de afiliarse al ejército con poco más de 20 años, había trabajado como vendedor de periódicos, dependiente, bombero forestal, caddie de golf y socorrista. Esta profesión fue su salvavidas cuando en 1951, de viaje a Seattle para ver a sus padres, el bombardeo en el que viajaba sufrió un accidente en la costa y tuvo que nadar junto al piloto más de cinco kilómetros para alcanzar tierra firme.
Durante su juventud no se sintió atraído por la actuación, pero un cazatalentos de Hollywood le reclutó para Rawhide, serie de la CBS que le hizo popular en la industria. El año 1963 es clave en la filmografía del novato actor que, harto de interpretar en televisión al tipo bueno, decidió apostar por el antihéroe de Por un puñado de dólares, cinta de Sergio Leone, al que estaría ligada su carrera durante la siguiente década. Este hito de spaghetti western convirtió a Eastwood en una estrella.
UNA CARRERA MARCADA POR SU ENORME TALENTO DELANTE Y DETRÁS DE LAS CÁMARAS
La trilogía del director italiano, con Por un puñado de dólares y El bueno, el feo y el malo completándola, fue un éxito en taquilla, aunque la crítica en aquellos años fue muy dura con este género. Su interés por formar parte del proceso creativo empezó a tomar forma en la década de los 70, tras participar en Dos mulas y una mujer junto a Shirley MacLaine y Harry, el sucio, a las órdenes de Don Siegel. Dos años después, el cineasta dirigió su primer western, Infierno de cobardes, cinta que pasó sin pena ni gloria y a la que siguieron Breezy, Licencia para martar, El fuera de la ley y Ruta suicida, en las que hacía doblete como director y actor.
De la década de los 80 destacan la cuarta y quinta entregas de Harry, el sucio; En la cuerda floja; la dirección de uno de los episodios de la exitosa franquicia de Steven Spielberg, Amazing Stories; el regreso al western en El jinete pálido; el drama militar El sargento de hierro; y La lista negra, último filme antes de un parón para dedicarse a proyectos más íntimos, como Bird y El Cadillac rosa, protagonizada por Jim Carrey.
Los años 90 fueron claves en su carrera al empezar a relegar su rol de actor protagonista por el de director. En cualquier caso, en aquella década logró éxitos de taquilla como Cazador blanco, corazón negro, El principiante, En la línea de fuego, Un mundo perfecto y Sin perdón, su última visita al género que le lanzó al estrellato, ganadora de cuatro Oscar, entre ellos al de mejor director y mejor película. Reconocimientos que se convertirían en una máxima con casi todas las cintas que dirigió desde entonces, como Los puentes de Madison, Mystic River, Million Dollar Baby y El francotirador, su cinta más reciente.
CON FAMA DE MUJERIEGO, EL POLIFACÉTICO CINEASTA HA MANTENIDO RELACIONES CON SEIS MUJERES Y HA TENIDO OCHO HIJOS
Su vida privada está marcada por las relaciones sentimentales. Casado dos veces, la primera con Maggie Johnson, matrimonio que superó los 30 años, y la segunda con Dina Ruiz; el también músico y compositor, un fanático del jazz, tuvo dos relaciones más, la primera extramatrimonial con Sondra Locke durante su primer matrimonio y con Frances Fisher de 1990 a 1995. Clint, considerado un mujeriego en serie, tiene ocho hijos con seis mujeres distintas y entre sus conquistas destacan Catherine Deneuve, Jill Banner, Ann Harris, Jean Seberg, la guionista Megan Rose, la columnista Bridget Byrne y la nadadora Anita Lhoest.
Defensor de la vida sana, Eastwood tuvo que fumar por exigencias del guión, aunque jamás tuvo adición por el tabaco. Deportista nato, una de sus mayores pasiones es el golf, y es un fiel defensor de una dieta sana. El productor practica meditación trascendental a diario desde hace años y posee el título de piloto de avión y de helicóptero. Su ligazón con la política viene de lejos, desde 1952 cuando apoyó en las presidenciales a Richard Nixon, sin embargo no se considera ni de derechas ni de izquierda, aunque sí está a favor de los derechos civiles, como el aborto y el matrimonio homosexual. Pocos conocen su faceta como músico, pianista y compositor, pasión que comparte con su hijo Kyle, con el que ha realizado varias composiciones cinematográficas, como la banda sonora de Los puentes de Madison.
El ganador de cuatro estatuillas no ha vuelto a ponerse delante de las cámaras desde 2012 (Golpe de efecto), aunque sigue muy activo como director. Eso sí, hemos echado un vistazo a sus próximos proyectos y no hay nada previsto para este 2015, puede que haya llegado el momento de parar un poco y disfrutar de su tardía soltería; de los éxitos de sus vástagos, como la carrera ascendente de Scott, fiel heredero de los genes de su padre; y de sus prole de nietos.