MADRID, 16 Nov. (CHANCE) -
Anoche, Enrique Iglesias incendiaba un Madrid de lo más lluvioso y su madre Isabel Preysler volvía reinar como siempre lo ha hecho. ¿Cómo se puede ser como Isabel Preysler? Por favor, Isabel un máster ya...
El pasado 29 de septiembre fallecía su querido Miguel Boyer. Desde entonces no había salido prácticamente de su retiro o que haya sido vista. Casi dos meses sin salir, hasta que ha sido el concierto de su hijo Enrique Iglesias que colgó el cartel de completo o sold out rápidamente en Madrid.
Con un Barclaycard Center -Palacio de los Deportes-, abarrotado, el público empezaba a chillar enferverecido, la expectación se hace máxima y ahí estaba ella, cuando parecía que iba salir su hijo Enrique. Recibida como una estrella, Isabel paseo por toda la pista saludando a los fans de su hijo hasta llegar a su sitio, en la zona de los técnicos de sonido e iluminación. Todo el publico se levantó para hacerla fotos y acercarse a ella.
Ataviada con una blusa blanca, un pantalón y una americana en negro y su incondicional coleta, saludo, beso y poso para todo el que se la acercaba. Clase y caché hasta el final. Anoche debieron de hacerle casi tantas fotos como las que tienen nuestros compañeros de ¡Hola! en su archivo.
Isabel, no tiene nada que esconder y allí hizo su debut en un concierto, en un concierto de su hijo. Con una sonrisa en la boca constante, saludo a todos al equipo de seguridad, a los amigos de sus hijos, y al que no la conociera. Protagonizó unos cuantos selfies, dio la mano por doquier. Y hablo con todos.
A su lado, su inseparable y discreta Elena Benarroch con la que estuvo todo el tiempo, y Nuria González, la mujer de Fernando Fernández Tapias. La prestigiosa peletera, estuvo pendiente a partes iguales de su amiga y de su 'sobrino' en el escenario.
Y como no, sus hijas Tamara Falcó y Ana Boyer llegaron con Fernando Verdasco y Enrique Solís. Anoche quedo de nuevo palpable, que la reina del papel couché esta encantada con el tenista. Ella siempre había sido muy correcta en las declaraciones sobre el novio de su hija Ana Boyer, y el día del entierro de la muerte de Miguel Boyer, el chico se la habría ganado y con creces. El joven termino su torneo disputado en China y viajo directamente para estar al lado de la familia. Eso gana a todo suegro y a toda suegra.
Al poco de estar en el concierto, la pareja desapareció, no sabiendo si se fueron al backstage o dejando de ver el concierto. Por su parte, Tamara Falcó lo dio todo bailando cada uno de los temas de su hermano, y dando vueltas y vueltas. Y en el momento final, en la última canción... con "Es una experiencia religiosa..." se acercó de lo más cariñosa a su madre por detrás, la rodeó con sus brazos por la cintura y las dos se movieron al vaivén de la melodía, un momento muy de las dos.
Isabel, manos arriba aplaudió y animó a su retoño, aunque muy comedida porque el dolor de la muerte de Boyer sigue ahí.
Las chicas Preysler disfrutaron viendo como el lleno absoluto del pabellón movía las caderas, cantaba y aclamaba al ídolo de masas. Tener un artista en casa de calibre internacional que año tras año, pega con cada uno de sus temas convirtiéndolos en auténticos éxitos especialmente en el extranjero y sobre todo en todo el continente americano, debe ser todo un orgullo, un orgullo español con nombre y apellidos Enrique Iglesias Preysler.