MADRID, 7 Jun. (CHANCE) -
'Gracias al miedo'. Ese es título del libro que acaba de salir a la venta y en el que Cristina Pedroche se abre en canal y, más sincera y vulnerable que nunca, desvela sus miedos, sus preocupaciones y los durísimos momentos que ha experimentado desde que se convirtió en madre de su hija, Laia, en julio de 2023.
Lejos de la imagen fuerte y segura de sí misma desde que saltó a la fama hace 14 años como reportera del programa 'Sé lo que hicistéis', la comunicadora desnuda su corazón y confiesa lo complicado que ha sido el proceso de asumir que una personita depende completamente de ella.
"Empezó como una terapia narrativa para mí, he sido valiente de publicar este libro, creo que puedo ayudar. No es un libro de autoayuda ni pretendo dar lecciones a nadie de lo que tiene que hacer, pero hay cosas que antes no hacía y a mí me funcionan, que han hecho que cambie, que sea más paciente, que sea más tranquila, que viva más feliz. El libro es como mi segundo hijo" ha confesado emocionada durante su presentación este jueves en la capital tras semanas en las que su testimonio ha liderado la preventa en diferentes plataforma.
Como reconoce, "estoy todo el rato llorando. Yo veo a mi hija, y yo amo a mi hija. Es lo mejor que me ha pasado nunca. Es preciosa, está sana, tengo una familia increíble, pero... estoy todo el rato llorando, todo el rato. Y no lo entiendo porque no hay un motivo aparente, entonces como si fuese un diario escribí a modo de diario y escribiendo escribiendo mientras la niña dormía" fue cuando surgió la idea de publicar su experiencia, como ha relatado.
No oculta que siempre fue una chica muy segura y fue a raíz de dar a luz, tras ciertos comentarios que escuchó en el hospital, cuando todo cambió para ella: "Estaban hablando de mi hija sin razones, criticando a un bebé que acaba de nacer. ¿Cómo puedes criticarme a mí por tomar una decisión de tener el parto que yo quiera tener? ¿Por qué se me critica así?" se ha lamentado, admitiendo que fue muy complicado "gestionar todo". "Era un estado de euforia que te lleva a poder parir y luego me dio un bajón extremo porque aun encima me estaban criticanod en la puerta de mi habitación" ha revelado, sin contar quién la criticó y por qué la afectó tanto.
"Una cosa es querer ser madre y otra cosa es pensarte que estás preparada para serlo. Es que yo sabía que quería ser madre, pero no es lo mismo pensarlo y proyectar cómo quieres ser, que luego tenerlo y llegar a tu casa con el bebé en brazos y decir, bueno, y ahora a ver, ¿dónde lo dejo? ¿O no lo dejo? Y claro, si la niña aquí está todo el rato pegada a mí y yo quiero estar todo el rato pegada a ella, pues no me ducho. Pues ya veremos cómo... Y ahora estoy descubriendo ahora qué madre soy, porque la madre que yo pensaba que iba a ser, pues no es" confiesa emocionada.
Una etapa complicada en la que como deja claro ha contado con el apoyo incondicional de Dabiz Muñoz, que nunca ha cuestionado el momento por el que estaba atravesando: "Es una persona maravillosa siempre y conmigo no ha podido tener más paciencia. Él a veces se quedaba en el sofá mirándome y es como, 'cuando estés mejor, aquí estoy'. O dice, 'si quieres que me vaya, dime que me vaya sino yo me voy a quedar aquí sentado' porque yo me ponía a llorar y llorar y ahora no era capaz de verbalizar nada. No puedo estar más feliz y orgullosa del marido que tengo" ha contado más sincera que nunca.
Entre sus miedos, como desvela, el hecho de normalizar ser famosa y salir con su hija a la calle y ser el centro de las miradas como les pasa a otros muchos rostros conocidos. "Otras famosas yo las veo y están felices y están genial y yo no podía. Otras posan, pero yo no pude hacer esa foto porque no. Y salí del hospital por otra puerta y me sentí fatal, no tenía fuerzas de enfrentarme a un '¿qué tal estás? Enhorabuena'. No me sentía capaz de esa exposición y me encerré en mi casa" ha explicado afectada.
Y aunque han pasado 10 meses desde que nació su hija, todavía está aprendiendo a gestionarlo, como confiesa. "Quiero ser más flexible y más amable y más permisiva y estar más relajada porque al final todo pasa y pues poco a poco. Me encanta hacer la compra y cuando nació la niña dejé de hacer la compra porque me daba mucho miedo. Y ahora paso a paso. Ya veré si hay algún momento en el que me atrevo a ir por la calle. pero cuando la niña ande y vaya al colegio, ya veremos" explica, evitando lanzar campanas al vuelo a pesar de que está a tratamiento para aprender a gestionar las críticas. "Estoy con la psicóloga y poco a poco, dándome tiempo, que no hay prisa" añade.
Unas críticas que si son relativas a ella le dan igual como le han dado siempre, ya que lo único que le preocupa es que se metan con su pequeña: "A mí me da igual lo que me digan si soy buena madre, mala madre, pero que no digan si ella es buena o mala hija". "Me mandan mensajes en redes sociales diciendo que no la muestro porque es fea cuando mi niña es preciosa" asegura.
En medio de este terremoto emocional, ¿le gustaría tener otro hijo? Como confiesa, "sí me gustaría, pero no ahora. Cuando se pueda, cuando me encuentr mejor".
De momento todas sus energías están volcadas en Laia y en su libro, que por cierto y como reconoce con naturalidad, Dabiz todavía no ha leído: "Éñ sabe que le remueve mucho y no ha encontrado el momento de estar totalmente tranquilo para poderlo leer, porque le va a remover. Lógico"
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