Cristina Valls Taberner se relaja con amigas en la nieve ante la ausencia de su marido.

   MADRID, 9 Dic. (CHANCE) -

   Muchos son los famosos que coincidiendo con el tradicional puente de diciembre han elegido la estación leridana de Baqueira Beret para practicar uno de sus deportes preferidos, el esquí. Éste es el caso de Cristina Valls Taberner quien ha disfrutado de unos días de descanso en compañía de un grupo de amigas ante la ausencia de su marido, el empresario Francisco Reynés.

   La hija del que fuera copresidente del Banco Popular llegó a las pistas a primera hora de la mañana. Ataviada con una elegante equipación en rojo y negro, se dispuso a realizar el descenso y disfrutar de un divertido día practicando esquí. Haciendo gala de ser toda una madraza se mostró muy pendiente de su teléfono móvil para comprobar cómo se encontraba su hija, de año y medio de edad.

   No cabe duda de que la joven, que vive un gran momento personal al lado de su marido Francisco Reynés Massanet. La discreción siempre ha sido una de sus premisas intentando que su vida personal no tenga nada que ver con su actividad profesional. Recientemente abría un showroom dedicado a los complementos en la zona alta de Barcelona.

   Valls-Taberner es una de las asesoras preferidas por la Reina Letizia en asuntos de moda. Se ha llegado a publicar que es una persona a las que la Reina recurre cuando su secretaría personal no puede conseguir por sí misma determinadas piezas de vestir como, por ejemplo, el bolso de la firma Tissa Fontaneda que lució, por ejemplo, en el 75 aniversario del CSIC.

   En el terreno sentimental Cristina está casada con Francisco Reynés y ambos forman una de las parejas más consolidadas de la alta sociedad nacional. En mayo de 2014 la hija del ex presidente del Banco Popular, daba a su luz a su primer hijo, una preciosa niña que ponía el broche de oro a su bonita historia de amor. Francisco Reynés, consejero delegado de Abertis ya era padre de tres hijos.

   La pareja contraía matrimonio el 4 de mayo de 2013 en Villa Castiglione Della Pescaia, en la Toscana italiana, en una ceremonia íntima a la que sólo asistieron los amigos y familiares más cercanos. Valls Taberner, formada en Cunef y con varios másters, conoció a Reynés en casa de unos amigos comunes que les presentaron. Cristina consiguió que rehiciera su vida tras la muerte de su esposa.