Se cumplen dos años del triste fallecimiento de Antonio Vidal, el gran amor de Paz Padilla

   MADRID, 19 Jul. (CHANCE) -

   El 19 de julio de 2020 nos quedábamos asombrados por el fallecimiento del marido de Paz Padilla, Antonio Juan Vidal. Una noticia que nadie esperaba, solamente los familiares más próximos que sabían de la delicada situación en la que se encontraba el amor de la presentadora. Durante todo el confinamiento originado por la Covid, la presentadora nunca comentó en público el doloroso momento por el que estaba pasando, hasta que finalmente su marido fallecía en su domicilio.

Antonio acudía al médico por unos dolores de cabeza, estrés, falta de concentración y nunca imaginaron que de esa consulta saldrían con la peor de las noticias. Al marido de Paz Padilla, que estaba con la presentadora en ese momento, le comunicaban que tenía un tumor en la cabeza y que le quedaban pocos meses de vida.

   Una noticia que no se asume, solamente se vive. Desde ese momento, la humorista tuvo claro que haría todo lo que estuviese en sus manos para que los últimos meses y días de Antonio fueran los más felices de su vida... y así fue. Lo consiguió. La presentadora se puso manos a la obra y estudió cómo podía acompañar a una persona terminal, se involucró tanto, que es capaz de contar esa conmovedora historia con una sonrisa en su rostro.

    Hace unos días conocíamos gracias a la revista Semana el nuevo amor de Paz Padilla, Fran Medina, un fotógrafo y guardia civil con el que la presentadora está disfrutando de su tiempo. Muy acaramelados, los dos tortolitos se dejaban ver en un pantano derrochando complicidad... por lo que se puede decir que la humorista ha vuelto a sonreír al amor.

   Antonio fue feliz hasta el último momento, estuvo acompañado por el amor de su vida, recibiendo el amor que siempre ha sentido por él. Un duro golpe del que nos enterábamos una vez fallecido y que nos dejaba de lo más sorprendidos. Paz reaparecía a las semanas, daba una entrevista en su programa y nos dejaba boquiabiertos al ver la fortaleza que tenía tras haber vivido uno de los hechos más tristes de su vida.