David Bustamante, días familiares en su paraíso particular con Yana Olina y su hija Daniella

   MADRID, 12 Ago. (CHANCE) -

  David Bustamante está viviendo uno de los veranos más especiales de su vida. Inmerso en una gira de conciertos por todo el país para celebrar sus 20 años en el mundo de la música, el cantante aprovecha cada hueco en su intensa agenda profesional para poner rumbo a su paraíso particular, San Vicente de la Barquera, donde aprovecha para recargar pilas en compañía de su familia.

   Especialmente de dos de sus grandes pilares, su novia Yana Olina y su hija Daniella, de 13 años, que está disfrutando de sus vacaciones en el norte con su papá después de haber pasado unos divertidos días en Marbella con su madre, Paula Echevarría y su hermanito Miki, que se ha convertido en el ojito derecho de la joven.

   Con ellas, con sus padres Gervasio y Ada, y con sus hermanos Manuel e Igor, David ha disfrutado de un relajado almuerzo en uno de sus restaurantes preferidos de su tierra, donde le hemos podido ver derrochando sonrisas y complicidad con su familia, a quien está muy unido.

   Presumiendo de figura tras perder en los últimos meses casi 20 kilos, el triunfito lució una camisa entallada en color azul marino, pantalones chinos y gafas de sol, mientras Yana acaparó todas las miradas con un elegante vestido blanco con volantes en la parte frontal. Muy enamorados, David y la bailarina acaban de celebrar su cuarto aniversario y las campanas de boda suenan cada vez más insistentemente, aunque él asegura que no tienen ninguna prisa en pasar por el altar, ya que así están fenomenal.

   Acerca de sus planes para aumentar la familia y dar un nuevo hermanito a Daniella - toda una adolescente y cada vez más guapa - el cantante ha confesado en más de una ocasión que le gustaría volver a ser padre, aunque no es algo que se plantee a corto plazo. Desde luego mano no le falta, ya que durante toda la comida se mostró de lo más pendiente y cariñoso con los más pequeños de la familia, a los que colmó de atenciones ante la orgullosa mirada de Yana, que no perdió detalle de la faceta más paternal de su chico mientras charlaba amigablemente con sus suegros.