MADRID, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -
Cumpliendo con los deseos de Caritina Goyanes, y tras celebrar una emocionante y multitudinaria misa funeral en su memoria en la Iglesia de Guadalmina, los restos mortales de la hija de Carlos Goyanes y Cari Lapique eran trasladados en la tarde de ayer de Marbella a Madrid. Este miércoles se abrirá su capilla ardiente a primera hora en el tanatorio de Tres Cantos y, tras un responso en su honor a las 14.00 horas, será enterrada en la más estricta intimidad en el cementerio de San Isidro junto a las cenizas de su padre, fallecido tan solo 19 días antes que ella.
Durísimos momentos para su familia; su viudo Antonio Matos, sus hijos Pedro (13) y MiniCari (10), su madre Cari Lapique, y su hermana Carla Goyanes, que incapaces de ocultar su dolor encabezaban el funeral de la empresaria y recibían las muestras de cariño de todos aquellos que quisieron arroparles en este terrible trance.
Sacando fuerzas de flaqueza, y antes de abandonar Marbella para viajar a Madrid a dar el adiós definitivo a Caritina, la familia recibía a primera hora de la tarde a algunos íntimos amigos en su residencia vacacional; entre ellos, la modelo Teresa Baca, que muy afectada reconocía que están siendo "momentos muy difíciles" para Cari y Carla, que han perdido a dos de sus pilares fundamentales en apenas 3 semanas.
Poco después, era al viudo de la fundadora del catering 'Sixsens' al que veíamos abandonando la casa de los Goyanes Lapique en Marbella. Demostrando su entereza, Antonio Matos conducía su propio vehículo y, antes de abandonar el lugar, se bajaba del coche para dar un emocionante y sentido abrazo al conserje de la urbanización, conteniendo las lágrimas a duras penas antes de retomar su camino para viajar a Madrid y prepararlo todo para el entierro de Caritina.
Cari Lapique, abatida, prefería no dejarse ver al abandonar la localidad malagueña y ayudada por su sobrino Carlos Cortina y la mujer de éste Carla Vega-Penichet, subía cabizbaja a la parte de atrás de una furgoneta con los cristales tintados que ha llevado a toda la familia hasta Madrid.
Carla en cambio, arropada en todo momento por su marido Jorge Benguría y con un abanico en la mano, sí ha sacado fuerzas para despedirse del portero de su residencial siguiendo los pasos de su cuñado. Abatida, la exmodelo conversaba con él durante varios minutos antes de unirse a su madre y comenzar el viaje a Madrid más duro de sus vidas para, ahora sí, dar su despedida definitiva a Caritina.