Su madre Carolina Molas, y su hermano Jaime Onieva optan por el silencio y evitan pronunciarse sobre el varapalo que ha sufrido el empresario antes de su enlace con Tamara Falcó
MADRID, 24 May. (CHANCE) -
Nuevo varapalo para Tamara Falcó e Íñigo Onieva a menos de dos meses de su boda. Y es que como ha revelado Belén Esteban este martes en 'Sálvame', el ingeniero ha sido despedido de su trabajo como relaciones públicas de los restaurantes madrileños 'Tatel' y 'Totó', del grupo Mabel Hospitality: "No sé qué habrá pasado, pero le han dicho que no vuelva" aseguraba la colaboradora.
Una noticia que ha pillado al empresario de retiro espiritual en el santuario de Lourdes en Francia y que ha confirmado su entorno más cercano a la revista 'Semana', contando la versión de Íñigo sobre su despido. Esta persona, de su máxima confianza, ha explicado que la su "proyección" después de dos años ejerciendo de relaciones públicas de los exclusivos locales era "muy limitada". Así, aunque en las últimas semanas le habrían propuesto que cambiase sus funciones sin tocar los términos económicos de su contrato, no llegaron a un acuerdo y el cese laboral habría sido "amistoso" y "sin ningún problema".
Sin embargo, y aunque a simple vista puede parecer un duro revés, Onieva no se queda sin trabajo porque como ha revelado esta fuente cercana a la publicación, tiene un "proyecto personal de restauración muy bonito" que verá la luz a principios de 2024.
Una información sobre la que le hemos preguntado a su familia que, fiel a su discreción, prefiere mantenerse al margen de lo que se ha dicho sobre el despido de Íñigo. Tanto su hermano Jaime Onieva como su madre, Carolina Molas, han dado la callada por respuesta ante las cámaras de Europa Press a este inesperado varapalo sufrido por el ingeniero, dejando en el aire cómo se ha tomado él 'haberse quedado en el paro' a menos de dos meses de su boda con Tamara. Su esquiva reacción, ¡a continuación!
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