MADRID, 21 Ago. (CHANCE/ M.A Pinardo) -
Fernando Torres ha demostrado en su última entrevista para el periódico El Mundo que tiene unos valores de oro que día a día intenta inculcar a sus hijos, Nora y Leo, fruto de su matrimonio con la gallega Olalla Domínguez, una mujer que si bien siempre se ha mantenido muy discreta, también ha demostrado estar unida y compenetrada con el jugador en cualquier etapa de su carrera.
El futbolista del Atlético de Madrid destapa en la entrevista su sencillez y lo presente que tiene cuales son sus raíces, pues aunque ahora sea uno de los jugadores más reconocidos a nivel mundial, no olvida que se crió en Fuenlabrada en un piso de 80 metros cuadrados.
En 2008, después de diez años de noviazgo, se casaba con Olalla, que dedicó parte de su vida al patinaje artístico. Esta relación le trajo a sus dos hijos, de los que afirma que la que mejor le “regatea” es la pequeña Nora, y comparte que en caso de discusión no duda en hacer que triunfe la generosidad “Estamos en la época de que hay que compartir y por qué... Yo les digo: No tengas envidia de que tu hermano tenga dos chupa chups, estate contenta de que tienes uno. Porque podrías no tener ninguno" le dice Fernando a sus hijos en caso de disputa.
Sacando su parte más sensible Torres no duda en sincerarse en esta entrevista, en la que reconoce que la última vez que lloró fue durante una concentración “echo de menos a los niños. Crecen muy rápido. Y te llaman. Y te dicen que cuándo vas a volver” responde el futbolista convertido en todo un padrazo.