MADRID, 14 May. (CHANCE) -
Recién llegada de Paraguay tras pasar mes y medio con su familia lejos del foco mediático y volcada en su bebé, Gabriela Guillén ha estallado. Hace unos días la modelo era increpada en plena calle por una señora que no dudaba en tacharla de 'aprovechada' por haber tenido un hijo con Bertín Osborne. "Qué imbécil, le voy a dar una leche" afirmaba muy nerviosa ante las cámaras de Europa Press.
No es el único insulto ni descalificativo que ha recibido, sobre todo a través de sus redes sociales, desde que el pasado 31 de diciembre se convirtió en madre. Algo que la ha hecho explotar y dejar claro que está sacando adelante sola a su pequeño porque el cantante -al que ha demandado para que se someta a las pruebas de paternidad- no le ha dado ni "un céntimo" hasta ahora.
“Estoy bastante cansada e indignada de volver a lo mismo. Yo estaba bastante arropada con mi familia. Estaba en mi finca allí en Paraguay, donde estoy divinamente y vengo y se me toca las narices, se meten conmigo por ser madre soltera y tener un hijo de una persona famosa y no lo voy a consentir”, ha explotado en conversación con 'TardeAR'.
“Yo lo único que he hecho es trabajar. No le debo absolutamente nada a nadie. Están diciendo que me están ayudando, pero yo hasta ahora no he visto un céntimo de nadie”, ha asegurado, lanzando un zasca a Bertín, que hasta el momento, y a pesar de que el niño tiene casi cinco meses, se ha desvinculado completamente.
De baja maternal, y a punto de reincorporarse a su puesto de trabajo en una clínica estética, Gabriela ha dejado claro que en estos momentos está recibidiendo una "ayuda del Estado" por su maternidad, pero no es una cantidad suficiente para criar a su bebé: “Quien tenga hijos sabe lo que cuesta mantenerlo, no es 1.000 o 2.000 euros, cuesta más”. "Lo voy a sacar adelante, como si tengo que trabajar de 'chacha' para complementar" ha sentenciado indignada, dejado claro que no se le van a caer los anillos y hará lo necesario para dar lo mejor a su niño.
Una contundente declaración de intenciones tras la que Gabriela ha reaparecido presumiendo de lo madraza que es. Pendiente en todo momento del pequeño, al que ha colocado cuidadosamente y con ternura en su cochecito, la paraguaya entraba en su domicilio acompañada por una amiga que la ha ayudado a subir los escalones de su portal para no mover al chiquitín, que se ha convertido en su única y gran prioridad.
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