MADRID, 12 Jun. (CHANCE) -
Gloria Camila Ortega ha aprovechado su última aparición pública para abrirse por completo y recordar sus orígenes. Una entrevista muy sincera y conmovedora donde la hija de Ortega Cano ha confesado para los micros de Europa Press como la adopción transformó su vida y le brindó una segunda oportunidad.
"Realmente, las personas adoptadas creo que no somos ni menos ni más, pero sí somos agradecidos en el sentido de que nos han dado una nueva vida", ha reconocido Gloria Camila con lágrimas en los ojos. "Podría estar, a lo mejor como dicen, recogiendo yuca pero lo valor también en el sentido de que nadie sabe realmente el dolor o el daño que ha ocasionado venir de ahí”.
A pesar de su aparente fortaleza, Gloria admitido que ha buscado ayuda profesional para tratar los traumas de su infancia: "Estoy aprendiendo mucho con la psicóloga de que lo mío no viene de ahora de que me insulten o de que me digan, viene de traumas de infancia o carencias afectivas que aprendo a que las faltas esas son emocionales, vienen de atrás".
La joven defiende firmemente que ser adoptado nunca debería ser utilizado como un insulto: "Yo soy una persona súper agradecida y que hagan ese tipo de comentarios o que te ataquen, que sea un insulto. Al final lo hemos cogido como un insulto cuando alguien hace un comentario, incluso en películas, 'es que este es mi hermano adoptado', eso lo hemos normalizado y es como muy feo"
Sin embargo, a pesar de su trabajo terapéutico y su esfuerzo por superar los obstáculos, Gloria confiesa que los mensajes de odio y los comentarios racistas la afectan profundamente: "Llorando a terapia, ese trabajo se me va en cuanto veo un mensaje en el que te amenazan de muerte o tienes comentarios racistas de 'vuélvete a tu país' o 'deberían no haberte adoptado”.
La presión constante y los ataques la han llevado incluso a cuestionar su identidad y considerar renunciar al apellido de su madre adoptiva, rechazando su conexión con Rocío Jurado: "Voy en proceso, pero me cuesta. De hecho, si hablo de esto, lloro. Yo he llegado días a plantearme si de verdad merecía ser o no hija y si tenía incluso de decir 'me cambio los apellidos y hago una nueva vida fuera de otro sitio'".
La hija de José Ortega Cano ha confesado que no cree en la felicidad eterna o permanente, y ha argumentado su punto de vista: “No creo en la felicidad, por lo menos, eterna o permanente. Yo creo que podemos ser felices en algún momento puntual de nuestras vidas opero es que no encuentro felicidad como tal o por lo menos yo no la estoy viviendo. Llevo bastante tiempo sumergida como en un bucle de no saber por dónde salir, por dónde tirar".
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