MADRID, 17 Jul. (CHANCE) -
Una carpa blanca y un coche fúnebre en la puerta trasera del centro médico Peachtree Christian (Georgia) han levantado las alarmas sobre el posible fallecimiento de Bobbi Kristina Brown.
Desde el pasado miércoles, los paparazzi que hacen guardia en el centro de cuidados paliativos, donde se trasladó hace unas semanas a la hija de Whitney Houston, notan ciertos movimientos que les hace sospechar en nuevas y trágicas noticias alrededor de la joven de 22 años, en estado de coma desde el pasado 31 de enero. Sin embargo, ni la familia ni los abogados han hecho ningún tipo de declaración al respecto.
Lo que sí es cierto es que se había intensificado la seguridad privada para su habitación después de descubrirse que uno de los miembros de su entorno más cercano habría filtrado fotos de la joven postrada en la cama, que, por cierto, no han sido ni compradas, ni publicadas por ningún medio hasta la fecha.
Mientras, Nick Gordon, su hermano adoptivo y su pareja, era formalmente demandado este semana por asaltar y robar a Kristina. La acción emprendida por sus tutores, Bobby Brown, que el pasado fin de semana se convertía en padre otra vez junto a Alicia Etheredge, y Pat Houston, señala que el acusado se hizo pasar por su marido para controlar y limitar su contacto con otras personas.
Según señala la revista People, Nick contestaba el teléfono personal de su hermana y no le dejaba citarse con nadie sin su aprobación. Además, en los papeles aportados por sus representantes legales se asegura que el mismo día del incidente Bobbi tenía previsto reunirse con una persona, tras confesar que su chico no era el hombre que ella pensaba. Estaremos muy atentos a la última hora desde Georgia.