MADRID, 2 Sep. (CHANCE) -
Silencio absoluto y una actitud desconcertante que deja entrever que Iker Casillas está nervioso y prefiere no dar la cara ni enfrentarse a las preguntas sobre su posible affaire con María José Camacho tras la publicación en la revista ¡Hola! de unas imágenes que parecen no dejar lugar a dudas.
Y es que a pesar de que el ex de Sara Carbonero ha tachado la exclusiva de su nueva iusión con la viuda del exportero Francesc Arnau como una "invención" y una "fake new", es innegable que compartió con María José unos días entre Marbella y Sotogrande en los que no faltaron cenas románticas, paseos abrazados y gestos cariñosos a bordo de un barco. Momentos que indican que lo suyo no es una simple amistad.
Mientras se especula con que la incipiente pareja prefiere negar su incipiente relación hasta que ésta se consolide y vean si llega a algo más o si se queda en una 'historia' de verano - aunque se rumorea que podrían llevar tres meses conociéndose - Iker ha retomado su rutina en Madrid y, visiblemente nervioso, se ha comportado de una manera un tanto desconcertante para esquivar las preguntas sobre María José.
En primer lugar, grabando con su teléfono móvil a la prensa antes de dejar su coche en una urbanización alejada de su domicilio y subirse corriendo al automóvil de un amigo, pensando que así conseguiría perder a las cámaras. Sin embargo, y al no conseguirlo, el exportero se ha dirigido a unas oficinas donde le hemos visto entrando con cara de resignación y haciendo un gesto de incredulidad con la cabeza, como sin llegar a creerse el interés que ha suscitado su nueva ilusión. Una ilusión que por cierto le ha sentado a las mil maravillas, ya que con una camisa rosa y unas bermudas estilo chinos está más guapo que nunca.
En dichas oficinas Iker ha puesto en marcha un elaborado plan para intentar huir de los interrogantes sobre su relación con María José. Mientras uno de sus amigos metía en el garaje del edificio el coche de Casillas, otro advertía que no se podía grabar a una persona anónima, usando una técnica de despiste para facilitar la salida del exfutbolista sin ser visto que, al no lograrlo, ha optado por subir la música a todo volumen, dejando claro que por el momento no quiere ni oír hablar de las fotografías en actitud cariñosa con la viuda de Arnau.
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