MADRID, 10 Nov. (CHANCE) -
Las últimas semanas no han sido fáciles para Iñaki Urdangarín. Después de meses negociando un acuerdo con la Infanta Cristina, se especula con que la hermana de Felipe VI habría paralizado su divorcio y estaría torpedeando la firma ante notario prevista para este mes de noviembre.
El motivo según la revista 'Lecturas', que no quiere que su exmarido se case con Ainhoa Armentia ni que ésta tenga relación con sus hijos, por lo que parece que a punto de cumplirse dos años de su separación, el divorcio no es algo inminente.
No es la única polémica que ha sacudido a Urdangarín en los últimos tiempos. A mediados de octubre 'Semana' publicaba que el ex duque de Palma habría comenzado a trabajar en una pequeña constructora de Vitoria junto a su novia. Una información que su entorno no tardaba en negar rotundamente y que podría haber perjudicado al acuerdo económico que estaría negociando con la Infanta Cristina y por el que, se rumorea, la hija del Rey Juan Carlos le pasaría una cantidad mensual en concepto de pensión de manutención.
Ajeno a los titulares que ha protagonizado en las últimas semanas, Iñaki ha reaparecido públicamente y lo ha hecho arropado por su familia y demostrando la maravillosa relación que mantiene con su hijo Pablo Urdangarín. El joven jugador de balonmano -que fichó por el Fraikin BM Granollers en agosto- ha viajado por primera vez a la tierra natal de su padre para jugar con su nuevo equipo contra el Irún, y como no podía ser de otro modo el ex duque de Palma y algunos de sus familiares se han desplazado hasta la localidad vasca para animar al sobrino de Felipe VI desde las gradas.
Además de Iñaki, su madre Claire Liebaert, su hermana Clara Urdangarín y su cuñado Joseba Etxebeste han presenciado el partido de Pablo sin perder detalle, siguiendo cada jugada atentamente y aplaudiendo cada una de las intervenciones del joven.
Una reaparición en la que Urdangarín se ha mostrado relajado y sonriente, y en la que nuevamente ha presumido de su unión a prueba de balas con el hijo con el que mayor relación tiene, Pablo, con el que charló de lo más cercano comentando los lances del juego tras el encuentro.
Siempre cariñoso, el hijo de la Infanta Cristina también se deshizo en gestos cómplices con su abuela Claire Liebaert, a la que abrazó con ternura antes de hacerse un divertido selfie familiar para inmortalizar este reencuentro tan especial.
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