MADRID, 30 Ene. (CHANCE) -
Dicen que la realidad supera a la ficción y, en la mayoría de las ocasiones así es. De hecho, muchas veces la vida de los actores, por muy idílica que parezca, supera a la de sus personajes.
Sucede a menudo que las vidas más complicadas son precisamente las de los actores que saltaron a la fama siendo niños, como es el caso de Macaulay Culkin y Miley Cyrus. También así ha sucedido al actor Jeremy Miller, famoso por interpretar a Ben Seaver, el hijo pequeño en la exitosa serie de los 80 Los problemas crecen.
la fama le llegó de niño y ahora, 24 años después del final de la serie, el actor de 39 años ha concedido una entrevista a la famosa presentadoa Oprah Winfrey en la que revela los problemas que ha tenido con el alcohol en su niñez y en su adolescencia.
"Comencé a beber a los cuatro años", confiesa Miller. "Mis abuelos solían hacer fiestas en casa y yo corría después de que estas terminaran para acabar con todas las cervezas que quedaban abiertas y a medio terminar".
Tras estas palabras aclaró a la presentadora que empezó a ser alcohólico probablemente con 12 años: "Me emborraché por primera vez a esa edad. Quizá fue ahí cuando comencé a ser alcohólico", continua diciendo para añadir que, en la actualidad sigue luchando contra esta enfermedad: : "Siempre he notado que había algo en mi que me hacía beber. No sé si es algo genético, mental o como quieras llamarlo, pero nunca encontraba el botón de apagar en mi adicción".
Jeremy dio a conocer también el suceso más traumático al que ha debido enfrentarse por culpa de su adicción: "Entendí que había tocado fondo cuando me desperté en mi habitación con el cuarto totalmente a oscuras, sin saber qué había hecho ni dónde estaba, con mi novia sentada en un extremo de la cama y molesta, una vez más, conmigo", cuenta. "No sabía ni qué decirle. Si me hubiera contado que había matado a cuatro personas por la noche y que las tenía en el coche, no hubiera podido negarlo. No recordaba nada de lo que había hecho".
Las duras palabras del actor continúan hasta decir: "A veces pienso que menos mal que en aquella época no tenía una pistola en mi poder; no sé qué habría pasado entonces",