MADRID, 27 Mar. (CHANCE) -
La discreción ha sido la máxima de Jon Hamm en los meses previos al estreno de la última temporada de Mad Men, la serie de HBO que le ha lanzado al estrellato. El motivo: el actor se sometió a un programa de rehabilitación en el hospital Silver Hill de Connecticut, para superar sus problemas con el alcohol, según confirmó su representante Annett Wolf.
El intérprete, en una entrevista a una revista australiana, aseguró sentirse afortunado por el apoyo de su familia y de sus amigos. Hamm pidió también respeto a los medios de comunicación sobre esta cuestión, aunque es consciente de que será noticia los próximos días. "La vida te hace pasar por mucho en algunas ocasiones, y tienes que hacerle frente como puedas", subrayó el artista de 44 años.
La infancia del ganador del Globo de Oro en 2008 está marcada por la desgracia. Tras el divorcio de sus padres en plena preadolescencia, llegó el peor momento de su vida, el fallecimiento de su madre por un cáncer. Diez años más tarde, Jon se despedía de su padre, quedaba huérfano y al cuidado de familiares. Jamás se dio por vencido y su sueño de triunfar en Hollywood llegó tarde, después de haber trabajado como camarero y diseñador de escenarios de películas porno.
En una entrevista en 2012, Hamm aseguraba no parecerse en nada a su personaje en Mad Men, Don Draper, aunque el tiempo le ha quitado la razón. "No bebo tanto como Don Draper. Estaría inconsciente, si lo hiciera", dijo en aquel momento la estrella, que el próximo 13 de abril se despedirá para siempre del alter ego que le colocó en el olimpo de Hollywood.