MADRID, 6 Sep. (Ana Barrio/CHANCE) -
"Cuando el parlamento es un teatro... los teatros deben ser parlamentos", con esta frase en forma de mural se da la bienvenida a los espectadores de la Sala Mirador en esta nueva temporada que coincide con el segundo y último año que Juan Diego Botto se encarga de la programación. Siguen apostando por un teatro social que se asome a la calle, que observe la realidad y la muestre, ya sea en forma de comedia, drama, cabaret o danza. Además continuará apostando por un teatro a pie de calle que abra sus puertas para dejar entrar la fuerza de la verdad y la realidad y así aprender a pensar, reflexionar y preguntar sobre "lo que pasa y lo que nos pasa".
Contarán con piezas sobre las asambleas ciudadanas, "La Gente" de Pérez y Disla nominadas a los MAX a mejor dramaturgia revelación. Obras sobre la corrupción, la soledad y el humor ácido y rompedor de Mongolia. Susana Hornos viene desde Buenos Aires con una pieza sobre la memoria de nuestro país. Una pieza de amor fraternal vendrá de la mano de Yolanda García Serrano y otra sobre los recortes de Mario Barroso con Daniel Guzman y Nuria Gallardo, entre otras.
Volveremos a disfrutar de María Botto y Roberto Drago dirigidos por Cristina Rota en "Rudolf", una obra sobre la memoria y la posiblidad de empezar a construir un mundo nuevo sobre la desmemoria. Con la sensibilidad de Pablo Messiez volveremos a disfrutar y conmovernos en "Plantas" con una magnífica Estefanía de Los Santos, con la que se abrirá la sala pequeña de El Mirador.
Este año han lanzado el Club de Amigos de La Mirador, un espacio desde el que la gente puede, además de abonarse al teatro, apoyar el proyecto de distintas formas y colaborar en la conformación y dirección de este proyecto social y cultural. El teatro y la danza continúan, pero esta temporada se harán también conciertos, proyecciones documentales, foros, debates y habrá un espacio de cuenta-cuentos para niños y niñas.