MADRID, 30 Jul. (CHANCE) -
Julio Aparicio continúa con su vida cotidiana, ajeno a la denuncia interpuesta por su hermana Pilar por acoso. El diestro, que acaba de regresar a los ruedos en la feria de Manzanares sin demasiado éxito, se dejó ver disfrutando de un tranquilo aperitivo en una terraza madrileña en compañía de unos amigos. Intentando quitar hierro al asunto, tan sólo comentó "No hay ningún problema en la familia".
Al parecer los hechos sucedieron en la madrugada del pasado domingo cuando Pilar comenzó a escuchar ruidos en el exterior del domicilio que comparte con su padre, Julio Aparicio Martínez. Para su sorpresa y tras comprobar la grabación de las cámaras de seguridad, confirmó que se trataba de su hermano, tirando piedras contra la vivienda y, posteriormente, destrozando su vehículo.
Fue entonces cuando, temerosa de más actos vandálicos por parte de su hermano, llamó a la policía, que se personó de inmediato en el domicilio. Tras facilitar a los miembros de seguridad el nombre y dirección de su hermano, Julio Aparicio fue detenido y conducido a comisaría.
A la mañana siguiente era la propia Pilar Aparicio la que se personaba en la comisaría de Chamartín para poner la correspondiente denuncia contra el diestro.
La hermana menor del matador ha contado a sus más allegados que vive aterrorizada por sus hermanos, Julio y Kika desde el fallecimiento de su madre, Maleni Loreto. Al parecer el hecho de que ambos hubieran quedado desheredados mientras que ella obtenía la vivienda situada en el barrio de Salamanca, creó una brecha indestructible, agravada con el paso de los años.
Aunque la relación entre hermanas nunca había sido demasiado cercana, no ocurría lo mismo entre Julio y Pilar, la cual permaneció a su lado tras la gravísima cogida que sufrió el torero en Madrid hace cuatro años que le desfiguró el rostro y que estuvo de acabar con su vida.
Entretanto Julio Aparicio y su hermana Kika, que han hecho piña desde entonces, se dejaron ver disfrutando de un aperitivo en una terraza cercana a su domicilio en compañía de unos amigos.
El diestro, muy reacio a hacer algún tipo de aclaración sobre los últimos sucesos denunciados por su hermana Pilar, tan sólo comentó "no hay ningún problema en la familia". Sin embargo su hermana Kika perdió los nervios, propinándole un manotazo a la cámara que seguía sus pasos, mientras ordenaba "a mí no me grabes".