MADRID, 29 Ene. (CHANCE) -
Las acciones de Justin Bieber no son ningún juego. A pesar de que cantante ponía tierra de por medio para alejarse de la polémica suscitada tras su detención, el joven no consigue deshacerse de la sombra de la deportación, que ahora le persigue más seriamente que nunca.
Al poco de ser detenido y llevado a prisión, donde tuvo que declarar ante el juez por participar en una carrera de coches ilegal y conducir bajos los efectos del alcohol -además de con el carnet caducado-, las redes sociales estallaron en toda una batalla campal a favor y en contra del artista. #DeportBieber se convirtió en Trending Topic al momento, con duros mensajes para el ídolo adolescente, que salió del calabozo tras pagar una fianza de 2500 dólares.
Ahora, la petición de deportación va más allá, y es que no sólo se ha promovido por la red, sino que ya van más de 75.000 personas las que han firmado en el sitio web de peticiones de la Casa Blanca. Una cifra alarmante, ya que tan sólo faltarían 25.000 para que el Gobierno responda.
JUSTIN BIEBER, "UNA AMENAZA" PARA ESTADOS UNIDOS
Bajo el título 'Deporten a Justin Bieber y revoquen su tarjeta verde', la petición sostiene: "Nosotros, el pueblo de Estados Unidos, sentimos que no estamos bien representados en el mundo de la cultura pop. Nos gustaría ver al peligroso, insensato, destructivo y consumidor de drogas Justin Bieber deportado y con su permiso de residencia revocado".
"Nosotros, el pueblo, queremos que Justin Bieber salga de nuestra sociedad", puntualiza el ciudadano de Detroit que ha creado la petición, que asegura que Bieber "no sólo es una amenaza para la seguridad de nuestro pueblo, sino que también es una mala influencia para nuestros jóvenes".
El 22 de febrero es la fecha marcada para que el Gobierno se pronuncie. Si la petición llega para entonces a 100.000 firmas, veremos que ocurre, aunque a este ritmo seguramente suceda mucho antes.
MIENTRAS, ÉL SE DIVIERTE EN PANAMÁ
Y mientras los estadounidenses se levantaban contra él, Justin se alejaba del revuelo y ponía rumbo a Panamá, donde ha pasado unos días de relax y diversión junto a su nueva conquista, Chantel Jeffries, por la que parece haber olvidado a Selena tras su ultimátum. Su madre, Pattie Mallette, su mánager del artista, Scotter Braun y su amigo, el cantante Usher le acompañaban también, en un intento de hacerle recapacitar.
Y es que el joven no pasa por un buen momento: sus problemas con la justicia, sus gamberradas y sus continuos consumos indebidos, tanto de alcohol como de sustancias perjudiciales, le están pasando factura. Tanto que sus seres queridos están realmente preocupados, y ven necesaria una rehabilitación.
Serios problemas para el cantante, que ahora que ya ha vuelto de su viaje, tiene que lidiar con la deportación, de la que le va a costar librarse.