MADRID, 7 Oct. (CHANCE) -
El estado natural de Kim Kardashian no es estar embarazada. Al igual que sucedió con la gestación de North West, la celebridad no lo está pasando nada bien en su segunda preñez.
"Ha sido la peor experiencia de mi vida", decía la socialité de 34 años en uno de los más recientes post de su aplicación . Poco después insistía en este sentido: "Voy a decir la verdad. No disfruto un momento de él y no entiendo a las personas que lo hacen". Estas palabras confirman los peores temores de la esposa de Kanye West, a la que le daba pavor pasar por la misma situación que vivió con su pequeña de dos años.
Las quejas continúan cuando detalla cada uno de los malestares que lleva sufriendo desde que se quedó embarazada. Para la celebridad lo peor de este periodo es el aumento de peso y los cambios drásticos que sufre su anatomía. "Jamás me siento en mi propia piel", añadía Kim.
KIM KARDASHIAN NO QUERÍA REPETIR LA EXPERIENCIA DEL EMBARAZO
Si echamos manos de la maldita hemeroteca a la que recurre constantemente Ana Pastor, nos encontramos con los mismos lamentos en 2012. Fue en la revista Elle donde aseguró que en el quinto mes de embarazo de Nori decidió no volver a pasar por la misma experiencia. Sin embargo, donde dije digo, digo diego, y tres años más tarde no solo ha repetido experiencia, sino que se llegó a convertir en una verdadera obsesión, como pudimos comprobar en el reality Keeping Up With Kardashian. "Estoy agotada. He tenido sexo como 500 veces al día", les decía a sus hermanas en uno de los episodios de la pasada temporada.
La justificación de esta segunda maternidad es muy simple, "todo vale la pena cuando tienes a tu precioso bebé", aclaraba la celebridad, a la que compensan al 100% todos los malos momentos que parece estar padeciendo, aunque de cara a la galería veamos que su ritmo social no cesa.