MADRID, 11 Jul. (CHANCE) -
A Kourtney Kardashian se le acabó la paciencia con el padre de sus tres hijos. La socialité de 36 años empaquetó todas las cosas de Scott Disick y las envió a su casa de Beverly Hills, dejándole clara al que fuera su pareja durante casi diez años la finalización definitiva de su relación.
Sus problemas con el alcohol y las drogas hicieron tambalear el noviazgo hace unos meses, pero su entrada en rehabilitación en un centro de Costa Rica supuso una nueva oportunidad, que se ha ido al traste tras la publicación de unas comprometedoras instantáneas de Disick junto a su exnovia, Chloe Bartoli, pasándolo en grande en Francia.
Sin embargo, el cuñado de Kim Kardashian todavía está convencido de la posibilidad de arreglar la situación con la hermana mayor de la saga televisiva. "Scott ha dejado abierta la puerta para volver a estar con ella", decía una fuente a la revista People. El mismo informante aseguraba que la celebridad de 32 años, a la que no se le conoce ni oficio ni beneficio, salvo su parte correspondiente por participar en el reality Keeping Up With The Kardashian, tiene esperanza de que su exnovia le perdone. Lo primero que hizo al desembarcar en Florida fue acudir a un centro de rehabilitación, en el que aguantó solo unas horas.
Mientras, Kourtney está volcada en la educación y cuidado de sus tres hijos, Mason, de cinco años, Penelope, de tres, y Reign, de tan solo seis meses. Junto a ellos pasaron una jornada entrañable en Disneyland para celebrar el cumpleaños de la mediana. Aunque mantienen sus posturas en privado, la matriarca no ha podido resistir la tentación de defender a su hija en público. Kris Jenner declaró a Entertainment Tonight que su hija está "aguantando", mientras se recupera del despecho.