La incipente pareja, que ya no oculta su amor, ha disfrutado de un fin de semana muy especial en la localidad segoviana que no dudaron en compartir en redes sociales presumiendo de su felicidad
MADRID, 12 Ago. (CHANCE) -
A pesar de que tras su paso por 'Supervivientes 2024' Laura Matamoros dejó claro que no se le pasaba por la cabeza recuperar la ilusión con un 'amor de verano', la vida ha vuelto a sorprender una vez más a la influencer. Y un año después de su separación de Benji Aparicio, vuelve a estar enamorada y no ha dudado en gritarlo a los cuatro vientos.
El 'culpable' de su felicidad es el atractivo empresario Antonio Revilla -popular por la relación que comenzó durante el confinamiento con la también instagrammer Laura Ribot, con la que rompió en 2023 y con la que tiene un hijo en común, Mateo- con el que afianza a pasos agigantados una historia de amor que, es innegable, va muy en serio.
Tras disfrutar de unas románticas vacaciones en Marruecos que compartían hace varias semanas en redes sociales 'oficializando' su noviazgo a golpe de imágenes en actitud cómplice, Laura y su nuevo novio han vuelto a hacer las maletas para regalarse un fin de semana romántico en la localidad segoviana de Pedraza, conocida por su encanto medieval.
Un destino idílico para consolidar sus sentimientos, pero en el que la influencer no ha descuidado su profesión, posando para su chico en una improvisada sesión de fotos en el balcón del coqueto hotel en el que se han alojado. Haciendo las veces de fotógrafo, Antonio hizo las delicias de la hija de Kiko Matamoros, que encantada comentó el resultado de las instantáneas con el hombre que le ha devuelto la sonrisa.
Con el 'deber' cumplido, Laura y su novio disfrutaban de un almuerzo en un céntrico restaurante situado en la Plaza Mayor de Pedraza, donde ajenos a la presencia de las cámaras de Europa Press, compartieron confidencias y miradas que reflejan a la perfección el momento tan dulce que están viviendo.
Tras pasar la noche en la localidad, llegaba el momento de regresar a la normalidad para retomar sus compromisos en la capital, y juntos pero manteniendo las distancias veíamos a la enamorada pareja abandonando el hotel. Mientras Antonio, en primer lugar, llevaba las bolsas de ambos, Laura aprovechaba para hacerse un último selfie con su móvil, derrochando estilo con un cómodo y favorecedor vestido rosa pastel con escote palabra de honor.