MADRID, 31 Jul. (CHANCE) -
Son muchos los actores, cantantes y modelos internacionales que han elegido este año la paradisíaca isla de Ibiza para disfrutar de sus vacaciones de verano. Éste ha sido el caso de la actriz, Lindsay Lohan quien se ha dejado ver disfrutando de una divertida jornada en moto acuática.
La actriz, conocida por sus juergas locas y sus problemas con la justicia, ha cambiado sus hábitos durante sus vacaciones en nuestro país, mostrándose como una joven de lo más tranquila , disfrutando de tranquilas jornadas en la playa en compañía de amigos.
Y es que la exchica Disney, de 28 años, quiere enderezar su carrera, torcida y a la baja los últimos años. Para ello sabe que debe lavar su imagen, dejar algunas costumbres aparcadas y, sobre todo, ofrecer confianza al director que quiera contratarla. Y en ello está. Incluso durante su escapada a Ibiza, Lindsay se está comportando de la mejor forma.
Hace poco se hizo público que Lindsay Lohan había decidido mudarse de Estados Unidos a Londres para así despegarse de sus antiguas amistades y tratar de retomar su carrera interpretativa. Otra prueba que demostraría este cambio de rumbo interior es la costumbre que la actriz ha adquirido de publicar en sus redes sociales frases relacionadas con el budismo y la paz interior, mostrando su lado más místico aunque también compaginándolo con la consabida publicación periódica de fotografías sexys y provocativas.
En esta ocasión, Lindsay Lohan se reunió con un grupo de amigos para disfrutar de una jornada en moto acuática. La conocida actriz, ataviada con un bañador amarillo flúor, hizo uso de un chaleco salvavidas, obligatorio al practicar este tipo de deportes.
La intérprete de Chicas malas dio muestra en perfecta forma física subiendo a la moto de un solo salto. Lohan demostró ser una experta conductora, realizando algunos arriesgados giros ante la atenta mirada de todos los presentes. Debido al sofocante calor, no dudó en beber algo de agua de una botella que llevaba consigo.
A continuación el grupo al completo subió a una lancha donde Lindsay se mostró especialmente cómplice con un amigo, el cual no dudó en tirarla al agua, para seguirla instantes después, provocando las risas de los allí presentes. La divertida jornada se prolongó hasta bien entrada la tarde, momento en el que regresaron al hotel en el que se encontraban alojados para seguir disfrutando de su compañía.