MADRID, 9 Ene. (CHANCE) -
Este miércoles 8 de enero se cumplía el tercer aniversario del fallecimiento de Jaime Ostos a los 90 años tras sufrir un infarto mientras disfrutaba de unas vacaciones con Mari Ángeles Grajal y un grupo de amigos en Colombia. Tres años después de su muerte, su viuda y su hijo menor, Jacobo Ostos, están inmersos en una batalla mediática y judicial contra los hijos que el torero tuvo con Consuelo Alcalá, Gabriela y Jaime Ostos Jr, por su herencia.
Coincidiendo con este día tan señalado como emotivo en el que su recuerdo está especialmente presente, y en el que su familia no ha organizado ningún funeral en su memoria, Gabriela ha visitado el plató de 'Y ahora Sonsoles' para hablar de cómo era su relación con su padre -cercana y muy especial, aunque se diga lo contrario- y dejar claro que no hay posibilidades de acercamiento ni con su hermano Jacobo, ni con la mujer de su progenitor.
"Mi padre murió en paz, era honesto, era un hombre libre aunque en la última parte de su vida tuvo muchos inconvenientes. Cuando hicimos las paces me dijo que no había un día en el que no se hubiera acordado de mí, y a partir de ahí estuvimos juntos. Mari Ángeles ha intentado decir que mi padre no me quería y es lo primero que me dijo cuando entré en su casa cuando falleció. Adoraba a sus hijos, pero se dejó influir. Yo le dije a mi padre que Mari Ángeles nos estaba alejando, pero no la culpa, la culpa al final fue mía. Él quería una paz familiar" se sinceraba muy emocionada con Sonsoles Ónega.
"Se pudo arreglar todo antes de que falleciese, era un hombre maravilloso" ha asegurado ante las cámaras de Europa Press tras el programa, quitando responsabilidad a la neumóloga en el distanciamiento que en su día Jaime tuvo con sus hijos porque, como reconoce, "la culpa es de cómo lo hemos vivido cada uno" a pesar de que Grajal influyese en su padre y no favoreciese la paz familiar.
Sin embargo, tiene claro que una reconciliación con la viuda del torero y con su hermano Jacobo hoy por hoy es imposible porque "hay mucho dolor, mucho daño".
Mientras Gabriela ha optado por recordar a su padre en televisión, Mari Ángeles lo ha hecho en la intimidad y continuando con su rutina para intentar no pensar en la ausencia del hombre con el que compartió 40 años de su vida. "Por supuesto que le tengo muy presente. Ayer fue un día terrible sí, estuve muy hundida. Pero bueno, hay que seguir trabajando" ha confesado emocionada a su llegada a su consulta, cuando ha evitado pronunciarse sobre las declaraciones de la hija de Jaime descartando un acercamiento.