MADRID, 21 Ene. (CHANCE) -
La familia Ostos vivió este sábado un día de lo más especial en Écija con el homenaje a Jaime Ostos con un monumento y una glorieta que llevará su nombre. Sin embargo, este acto tan emotivo se vio empañado por una polémica: el reencuentro de Gabriela Ostos con Mari Ángeles Grajal y su hijo, Jacobo Ostos.
Las disputas a lo largo de estas semanas por la herencia del torero ha provocado que los tres protagonizaran un enfrentamiento público porque Gabriela no está contenta con la repartición de las pertenencias de su padre. Sin embargo, la doctora sí que la saludó ante todas las personas que se encontraban en el homenaje de Jaime.
El que no quiso ni mirarla fue su hermana Jacobo, que se mantuvo rígido cuando ésta saludaba a su madre con dos besos y un abrazo. Unas imágenes que han dado mucho que hablar, pero que no han sido analizadas al segundo... pero, ¿cómo fue este momento?
Gabriela llegaba al círculo en el que se encontraba Mari Ángeles durante el homenaje a Jaime y saludaba a la alcaldesa y a todas las personalidades que están allí presentes. Cuando llega a la doctora, ambas se saludan, dándose dos besos y un abrazo y segundos más tarde la viuda del torero le presenta a su tía, Elisa, la hermana de Ostos.
Ese momento que ha pasado desapercibido dice mucho de la relación que hay entre la viuda de Jaime y Gabriela, ya que cuando le dicen que está su tía Elisa, a la que parece no conocer, la doctora hace un gesto con la cara evidenciando la poca gracia que le hace que pasase por alto a la hermana del torero.
Una ronda de besos que terminó ahí, con su tía Elisa porque Jacobo se quedó inmóvil y ella no hizo ni el amago de saludarle, quedándose así sin recibir dos besos de su hermano. Segundos más tarde, cuando la prensa le preguntaba por lo sucedido, ella aclaraba delante de todos que "no tengo nada que hablar, hoy lo importante es mi padre".
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