MADRID, 16 Ene. (CHANCE) -
Al pie del cañón al lado de su hija Anabel Pantoja y del novio de la influencer, David Rodríguez, Merchi Bernal no se separa de la pareja desde que su pequeña Alma fue ingresada de urgencia en la Unidad de Medicina Intensiva del Hospital Materno-Infantil de Las Palmas el pasado 12 de enero.
La información sobre el estado de la recién nacida es mínima por expreso deseo de sus padres de sobrellevar este durísimo trance en la más estricta intimidad, pero sí ha trascendido que está estable dentro de la gravedad y la situación no ha cambiado en los últimos días. Algo significativo, puesto que no haya habido empeoramiento indica que la evolución estaría siendo positiva, de ahí que la sobrina de Isabel Pantoja y su pareja mantengan el optimismo y la esperanza sobre la recuperación de su hija.
A su lado, incansable,y convirtiéndose en uno de sus grandes pilares en la peor semana de sus vidas, Merchi, que a diario llega al centro médico a mediodía y no lo abandona hasta entrada la noche, cuando le abandonan las fuerzas y se va a la casa de Anabel a descansar.
Discreta ante las cámaras aunque no puede ocultar su preocupación, la exmujer de Bernardo Pantoja esquiva con educación y entereza las preguntas de los numerosos medios de comunicación apostados a las puertas del hospital, respetando los deseos de su hija de no revelar ningún detalle sobre el estado de su bebé.
Sin embargo, este jueves el cansancio le ha pasado factura y, a su llegada para visitar a su nieta con varias bolsas con cosas para Anabel y David -que no han salido del hospital desde hace una semana- se ha mostrado muy molesta con la presión mediática. Haciendo aspavientos, Merchi no ha dudado en pedir ayuda al vigilante de seguridad del centro médico para que la prensa no pueda acercarse tanto al lugar.