MADRID, 16 Oct. (CHANCE) -
Mireia Belmonte y su novio Javier Hernanz, muy apasionados y felices por las calles de Madrid acallan los rumores con sus gestos de cariño y dejan claro que su historia de amor sigue adelante y que su felicidad es plena.
MIREIA BELMONTE Y SU NOVIO JAVIER, MUY APASIONADOS Y FELICES POR LAS CALLES DE MADRID
Después de protagonizar una de las rupturas más sonadas de este verano, Alba Carrillo ha vuelto a ocupar los titulares de las revistas más importantes de nuestro país por su supuesto affaire con el novio de la deportista Mireia.
Alba y Javier coincidieron hace un par de años en una sesión fotográfica para una revista, pero no hay nada más entre ellos, según han confesado los dos. Javier y Mireia mantienen una sólida relación desde hace ya más de dos años y los comentarios no han sentado nada bien al propio Javier, aunque los deportistas prefieren pasar desapercibidos y mantener su vida privada en un segundo plano.
La nadadora ha encontrado el amor en el piragüista, otro grande del deporte español que además, trabaja como modelo para firmas como Loewe y su gran atractivo físico le ha valido para convertirse en el ganador de la medalla de oro como el deportista español más guapo.
LOS ENAMORADOS, ABRAZADOS, SE FUNDIERON EN UN APASIONADO BESO
Aficionado a lucir palmito en sus redes sociales, Javier es imagen de firmas como Loewe, Virgin y Siroko, pero lo que realmente comparte con Mireia es algo fundamental en sus vidas: el deporte.
Ambos son deportistas de élite en competiciones acuáticas. Están hechos el uno para el otro, como peces en el agua...
Y así se les pudo ver durante una romántica jornada en Madrid. Tenían un hueco en sus compromisos deportivos para hacer unas gestiones y en todo momento se mostraron cariñosos y muy acaramelados. Ambos lucían look deportivo, él con pantalón de chándal, camiseta azul de manga corta y deportivas. Ella también con pantalón de chándal, camiseta negra de tirantes y deportivas.
Los enamorados, abrazados, se fundieron en un apasionado beso. Sin importarles las miradas ajenas, derrocharon besos y multitud de gestos de cariño. No faltaron las miradas cómplices mientras intercambiaban confidencias en las escaleras de un hotel de Madrid, demostrando que después de la tormenta siempre llega la calma y los rumores de que la pareja se encontraba en baja forma solo ha servido para reforzar su relación y se muestren más unidos que nunca.