MADRID, 28 Sep. (CHANCE) -
Miren Ibarguren cambia de registro para encarnar por primera vez el papel de mala en la nueva comedia de Telecinco "Anclados". Con parche en el ojo incluido, la actriz regresa a la comedia con los creadores de "Aida" interpretando a Marga Santaella, la directora del crucero Ancla II. Ilusionada con las posibilidades que le da el estar en la piel de una villana, la actriz nos recibe en Valencia para hablarnos de este nuevo proyecto y de su relación con Alberto Caballero, el sobrino de Jose Luis Moreno, que a rehecho su vida junto a ella tras divorciarse de Vanesa Romero.
-¿Qué vamos a ver de ti en esta nueva serie?
-Me apetecía un cambio radical y esto lo es. El publico veía en "Aída" a una Soraya que vivía en un mundo paralelo con sus osos amorosos, ahora va a ser todo lo contrario, van a ver a una señora en la realidad, que tiene que dirigir, que tiene que organizar, y que tiene que sacar un proyecto adelante que es salvar a esta gente de la multa que le ha puesto la Casa Real
-Vas a hacer de mala, con parche en el ojo y todo...
-Sí, es un poco "hija de puta", rencorosilla. Pero es que se encuentra con lo más grande. Su hermano no sabe hacer la "o" con un canuto; luego está su ex que hace cinco años que no ve a su hija y encima, una deuda de un millón de euros. ¡Cómo no va a perder los nervios!
-¿El público va a empatizar con esta mala?
-Sí, mucha gente que se encuentra con ese marrón de "está la empresa en quiebra ¿puedes venir?" y encima con tu ex marido....
-Has creado una mala de cómic...
-Sí, si sale bien, guay y si sale mal, pues bueno. El uniforme, el que te tengas que poner el parche, te da bastante ya el personaje. Querían que fuera alguien que intimidara. Antes, en los descansos, para interprerar a Soraya, estaba todo el rato feliz pero ahora, para mantener la concentración hasta que le pille el truco al personaje, no me salgo demasiado del papel. Te obliga a estar muy arriba, muy seria, muy en tu sitio. Y hasta que lo interiorice, me lo llevo conmigo todo el rato.
-En casa te deben de tener miedo...
-Sí, tengo a los perros, a mis dos chihuahas, asustados a base de órdenes.
-¿Cómo evolucionará la trama?
-Al principio, no tiene con quién hablar. Los personajes en el fondo, todos, en realidad, están muy solos. Eso es lo que tienen en común. El personaje de Úrsula, que se ha quedado colgada allí; ésta, que viene a solucionar un marrón y no quiere estar ahí; mi hermano que teme que su padre aparezca... Es un poco una ciudad, una ciudad de hoy día, como Madrid, que eso pasa mucho también, que estás muy solo y entre que vas y vienes y el atasco, se te va la vida... Pero luego, mi personaje irá haciendo amistades, voy a tener un ayudante de maldades y tropelías.
-En la serie se van a encontrar cara a cara dos formas de hacer comedia, la tuya y la de Joaquín Reyes.
-Soy muy fan de Joaquín, a veces me sorprendo embobada mirándole cuando trabajamos juntos. Soy muy fan de todas esas cosas maravillosas las ha creado este hombre. Gallianoooooor... Jo, son cosas que se dicen todos los días y, de repente, lo tienes ahí y dices: Ay, que no se te note.
-¿Habéis congeniado bien?
-Cada uno tenemos nuestro ritmo. Yo soy más acelerada. Hay millones de formas de hacer comedia. El utiliza la pausas mucho más. Yo en cambio, la velocidad, porque me lo piden. Así que, quieran o no, nuestro humor y nuestro personajes van a tener que casar porque son mellizos y eso quieras que no, para el espectador es totalmente entendible que uno sea así y el otro asá. Cada hermano ha salido distinto y punto.
-¿Es un aliciente para ti trabajar en el mismo plató de "Aida"?
-Según está el panorama, hay que dar las gracias, sobre todo, en lo nuestro, que te den trabajo y que la empresa te diga: Oye no te vayas, quédate, es una suerte.
-¿Te apetecería un drama?
-Si me lo ofrecen y me gusta, lo hago.
-¿Si te ofreciera un papel Alberto Caballero en "La que se avecina"?
-Uf, no sé...
-¿Te gustaría trabajar con él?
-No, no soy partidaria de compartir amor y trabajo, si se puede prefiero separarlos. Si tengo la posiblidad de trabajar en otros sitios lo prefiero pero claro que sería guay hacer una cosa con él pero un proyecto nuevo, mejor. Algo en el futuro, eso sí me encantaría. Alberto tiene una cabeza maravillosa, escribe muy bien y le admiro pero ahora mismo estoy en esto.
-¿Te apetecía una mala?
-Una mala sí, a ver qué pasa, a ver si lo hago bien y gusta. Y que las señoras me señalen por la calle y digan "mira, esa z...".
-Hay a quién le han pegado por identificarlo con su personaje...
-Sí, yo tengo amigos que han trabajado interpretando a maltratadores y la gente se lo cree tanto que les han pegado.
-¿A ti qué te dicen?
-A mi me hablan con si fuera tonta. Me quedo muy sorprendida cada vez que me pasa porque yo salgo de currar y me olvido. Pero llevo muchos años así, ya me he acostumbrado. Con la nueva melenita que llevo ahora, llevo unos días de incógnito que estoy disfrutando mucho.
-¿Tienes nostalgia de "Aida"?
-No, Daniel Écija dijo cuando íbamos a cerrar "Aida" que hay que irse de los sitios unos minutos antes de morirse y me pareció bien. Todos hemos estado en series que degeneran. Irse así, como lo hemos hecho nosotros, en el momento más alto es maravilloso. Es un triunfo que nos hemos llevado todos.
-¿Te ves en esta serie otros seis años como en Aida?
-Creo que me apetecen los proyectos más cortitos. Con tres años ya me doy con un canto en los dientes. No sé, ahora digo eso, quién te dice que dentro de un tiempo, si estoy muy a gusto, os confiese que me quedaría 20 años más. Pero prefiero hacer otras cosas, compaginar con otros trabajos.
-¿Ya lo estás haciendo?
-De momento no, trato de tener al personaje bien pillado, tener el ritmo cogido del rodaje. Arrancar una serie no es fácil. Tengo la película de Lolo Ferrari, que la rodaremos en diciembre. Los tres últimos días de Lolo Ferrari, la chica de los pechos más grandes del mundo. La hemos escrito entre un amigo y yo y la vamos a hacer porque nos apetece. Voy caracterizada completamente. La vamos a rodar a nuestra manera, en pocos días para que no nos salga muy cara. Va a ser una película intimista.
-¿Estás ya preparando el papel?
-Me lo he estudiado, he contratado un profesor de francés, he visto entrevistas de ella, un documental y queremos viajar a su pueblo a conocer a alguien que la conociera allí. Su pueblo es el de la escena final de "El perfume". Eso sí, mi madre no va a ir a verla.