Nick Gordon, novio de Bobbi Kristina, entra en rehabilitación

MADRID, 9 Mar. (CHANCE) -

   La tragedia de la familia Houston-Brown va camino de convertirse en un drama mediático sin parangón.

   Mientras la única hija de la desaparecida diva Whitney Houston, Bobbi Kristina, se debate entre la vida y la muerte desde el 31 de enero en un hospital de Georgia, su pareja y hermanastro, Nick Gordon acudía el pasado fin de semana al Show del Dr. Phil, para contar su versión de los hechos.

   Durante esta polémica entrevista, Nick confesó tener serios problemas con el alcohol y el Xanax, a los que habría puesto freno este mismo fin de semana al entrar en rehabilitación, aunque se desconoce la clínica en la que habría ingresado.

MIENTRAS BOBBI KRISTINA LUCHA POR SU VIDA, SU NOVIO, ENTRA EN REHABILITACIÓN

   Esta intervención fue duramente criticada por Leolah Brown, tía de Bobbi, que arremetió en su Facebook contra el conductor y el programa por presentar a Nick como un alma en pena, cuando es considerado por las autoridades policiales el máximo sospechoso del incidente.

   "Tenemos una fuerte evidencia de que estamos ante un crimen. Hasta que esta investigación se complete con la aplicación de la Ley, le pediría a usted - en referencia al Dr. Phil - o a otra cualquier persona que no proporcione a este individuo una plataforma en la que variar la situación para su propio beneficio", sentenció Leolah en la red social.

LA HIJA DE LA DESAPARECIDA WHITNEY HOUSTON NO MUESTRA SIGNOS DE VIDA

   Según el portal TMZ, el cuerpo de Bobbi, que estaba sumergido boca a bajo en una bañera de su casa en Roswell en parecidas circunstancias a las que fue encontrada su madre en el baño del hotel Beverly Hilton el día 11 de febrero de 2012, presentaba lesiones, lo que hizo que se pusiera en marcha una investigación criminal.

   Aunque en un principio se rumoreó que la familia habría decidido desconectar a Kristina coincidiendo con el fallecimiento de su madre, el abogado de Bobbi Brown desmintió tajantemente esta información en un comunicado.

   El entorno más cercano a la joven de 21 años se aferra a ese "milagro", a pesar de los desdichados augurios del equipo médico. A finales del mes de febrero, los médicos le retiraron parte de la sedación para comprobar su reacción, pero unas fuertes convulsiones obligaron a los facultativos a inducirle el coma de nuevo.