MADRID, 7 Mar. (CHANCE) -
Continúan los 17 días de juicio al atleta Oscar Pistorius, por la muerte de la modelo sudafricana Reeva Steenkamp. Los 107 testigos listados siguen pasando ante el Tribunal Superior de Pretoria dando nuevos datos sobre lo ocurrido aquel trágico día.
Tras la declaración de Michell Burger y Estelle van der Merwe, vecinas de Pistorios que aseguraban haber oído "gritos que hielan la sangre", llegaban este viernes los testimonios de otros testigos.
Johan Stipp, vecino de Oscar Pistorios, fue uno de los primeros en llegar al lugar de los hechos, y en asegurar que escuchó gritos de hombre y de mujer antes de que se escucharan otros sonidos que identificó como disparos. Durante su declaración, el fiscal Gerrie Nel le ha preguntado si, esos ruidos que escuchó tras los gritos, podrían ser causados por Pistorius al golpear con un bate de cricket la puerta del baño donde Steenkamp cayó mortalmente herida, tal y como sostiene la defensa. Sin embargo, Stipp señala que la sucesión de ruidos fue demasiado rápida para ser causada por los golpes de un bate.
Durante la sesión, Stipp usa en más de una ocasión la palabra "mezcladas" para describir los gritos, y señala que cree que dos personas estaban gritando al mismo tiempo. Queda así confirmado por otro testigo más, que la pareja discutía acaloradamente durante ese día. Mientras, Pistorius sigue sosteniendo que gritó antes de dispararle a Steenkamp porque creyó estar dirigiéndose a un intruso, gritándole que saliera de su casa, al igual que luego siguió gritando para pedir ayuda a su novia.
Tras el testimonio de Stipp, llegaba la declaración de una exnovia del atleta, Samantha Taylor. Su relación tuvo lugar justo antes de que Pistorius comenzará a salir con Steenkamp, ya que de hecho se terminó por la infidelidad que él cometió con la modelo.
Samantha señalaba que el atleta siempre llevaba consigo su arma, y que incluso en una ocasión llegó a dispararla a través del techo corredizo de su coche, tras haber sido parado por la policía por exceso de velocidad. De hecho, la joven afirma que el atleta dormía junto al arma, dejándola en la mesita de noche, al lado de sus prótesis.