MADRID, 9 Mar. (CHANCE) -
Su alma aventurera le llevó a la jungla con Frank Cuesta, a los lugares más variopintos de las calles españolas con Callejeros. Santi Trancho, trotamundos por naturaleza, murió el pasado sábado 7 de marzo haciendo lo que más le gustaba: ir en moto.
Incondicional del motociclismo, se dejaba ver por los circuitos en más de una ocasión, siempre que su agenda se lo permitía. El circuito de Montmeló, Aragón, Cheste o Jérez eran sitios habituales donde encontrarse al cámara.
"Solo tenía un defecto: le gustaban demasiado las motos", confesaba su madre en el entierro. Muy conocido en el mundo del motor era habitual verlo por el paddock, en el box de Yamaha, equipo del que era fan.
El mundo del motociclismo pierde a un fan incondicional, de esos que se recuerdan siempre. La pasión de las motos se lleva en la sangre y el motor ha perdido a uno de sus hermanos.