MADRID, 21 May. (CHANCE) -
Aunque ya hace más de dos años que Paula Echevarría y David Bustamante pusieron punto y final a su historia de amor, lo cierto es que aun estaban unidos por el que había sido el nido de su relación, la viviendo familiar situada en Villafranca del Castillo, Madrid.
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El cantante y la actriz se mudaron al chalé en la zona residencial de las afueras de la capital cuando en 2006 se convirtieron en marido y mujer, bautizando a la casa como 'El Cantábrico', el mar que vio crecer al artista.
Esas mismas paredes fueron testigos de como se convertían en padres de Daniella en 2008, cómo disfrutaron de sus éxitos, dieron rienda suelta a la pasión, disfrutaron de su relación y presumieron de su amor, que "se les rompió" como dice la canción de Rocío Jurado "de tanto usarlo" o en su caso y en una versión más digital, de compartirlo en redes sociales.
Tras su sorprendente ruptura en 2017, fue David Bustamante el que abandonó la casa para mudarse a un apartamento de lujo en Pozuelo de Alarcón, siendo Paula la que permanecía en el hogar con su hija, mientras se veía con Miguel Torres en un piso del centro de la capital, respetando así el que había sido escenario de su matrimonio.
Pero tras firmar el divorcio, Paula y Bustamante han decidido vender 'El Cantábrico', del que al cantante le pertenece un porcentaje bastante superior al de su ex mujer. Y después de que Paula se haya construido un moderno chalé a escasos metros ya han colgado el cártel de 'Se vende'.
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Paula se ha construido una casa muy cerca de la que ahora venden, donde podrá disfrutar con total libertad de su relación con el futbolista y su nueva etapa, cada vez más alejada de la que fue su vida al lado de David Bustamante.