MADRID, 13 Mar. (CHANCE) -
Miguel Torres y Paula Echevarría están viviendo el comienzo de su historia de amor con mucha intensidad aunque ninguno de los dos ha dado el paso de confirmar su relación. Sin embargo la pareja continúa con sus encuentros furtivos a pesar de uno vive en Málaga y otro en Madrid.
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Así el pasado lunes la pareja se encontró en un apartamento de la capital en el que ya se les ha visto entrar y salir anteriormente. Fue precisamente tras dejar a Daniella en el centro escolar cuando Paula se dirigió en coche a la capital -vive en una urbanización de una localidad cercana a Madrid- para encontrarse nuevamente con Miguel Torres.
La pareja intenta disfrutar así de todo el tiempo que puede para estar juntos a pesar de que cada uno vive en una ciudad y de que sus compromisos profesionales no les permiten disfrutar el uno del otro todo lo que les gustaría, pero cuando hay amor hay que arrancar minutos e incluso segundos al tiempo.
Este ha sido uno más de los encuentros de la pareja en Madrid, hasta donde el jugador se desplaza siempre que se lo permiten sus compromisos futbolísticos. El primero captado por las cámaras se produjo hace unas semanas en uno de los hoteles más lujosos de la capital, el Villa Magna. Después de éste han sido varias las veces que se les ha visto por separado entrar y salir de los ya famosos apartamentos de una de las calles más lujosas de Madrid.
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Tras varias horas en el interior, donde seguramente la pareja pudo hablar y tomar decisiones sobre cómo será su vida a partir de ahora, ambos salieron del apartamento una vez más por separado y es que, por el momento, el futbolista y la actriz no han posado juntos. Tras el encuentro Paula acudió a casa de su amigo Poty Castillo para recoger a su hija y es que fue el coreógrafo el encargado de cuidar de Daniella hasta la llegada de la actriz. Como una mamá todoterreno, Paula no dudó en cargar con la mochila y algunos jugos de mesa de su hija hasta el coche.
Mientras que Paula se reunió con su pequeña, Miguel aprovechó su viaje a Madrid para reunirse con amigos y es que acudió a un conocido restaurante de la capital madrileña para disfrutar de una cena de lo más tranquila. A diferencia de Paula, que se mostró algo incómoda y molesta por la presencia de la prensa y las preguntas de los periodistas, Miguel mostró una vez más su lado más amable limitándose a decir: "Todo bien, gracias".