MADRID, 23 Jun. (CHANCE) -
Sorpresa para Tita Cervera. Y es que parece que la baronesa Thyssen no va a poder tener un verano tranquilo además de que la felicidad le ha durado más bien poco tiempo. El pasado fin de semana, Carmen Cervera lucía de lo más feliz y radiante en el bautizo de su nieta, la pequeña Kala.
Se trataba pues de un día especial para la familia, después de que Tita y su hijo, Borja Thyssen, hubieran protagonizado un largo enfando entre madre e hijo. La paz se firmaba el año pasado y podíamos ver como todos al completo disfrutaban de las aguas de Ibiza.
Sin embargo, era en el día de ayer cuando se cernía unos nubarrrones sobre la baronesa. Fue en Espejo Público donde soltaban la bomba, Tita Cervera imputada por tráfico de influencias. Ha sido el juzgado de instrucción número 40 de Madrid el que ha admitido a trámite la querella que su ex escolta, el cual llevaba 10 años junto a ella.
En dicha querella, se acusa a la baronesa de ejercer presión al Museo Thyssen para que le contratara como adjunto de la seguridad del museo. Un puesto de concruso público pues el centro tiene un modelo gestión privada de fondos públicos, es decir, semi público, por lo que no se puede designar 'a dedo' este tipo de puestos.
Tita pordía enfrentarse a una pena que oscilaría entre los 6 meses y los dos años de prisión. Sin embargo, este no es el único frente judicial que Carmen Cervera tiene abierto con este mismo guardaespaldas. Con él volverá a verse las caras en otro juicio donde Tita está demandada por 'mobbing' (acoso laboral) como bien han informado en Espejo Público.
En definitiva, un duro revés para la baronesa Thyssen que si pensaba que iba a tener un verano tranquilo, se equivocaba.