MADRID, 17 Nov. (CHANCE) -
Dos meses después de que Meadow Walker, la única hija del fallecido actor Paul Walker, interpusiera una demanda por homicidio culposo contra la marca de coches, la empresa automovilística se ha pronunciado. Según documentos a los que ha accedido la revista People, la firma de coches "alega que el señor Walker asumió con conocimiento y voluntariamente todos los riesgos y peligros con respecto al uso del 2005 Carrera GT, que los peligros y riesgos eran claros y conocidos por él, y que optó por comportarse arriesgándose a tales peligros y riesgos, asumiendo así la exposición que implica el uso del vehículo".
Aunque se refieren al intérprete como "un usuario profesional y sofisticado del 2005 Carrera GT", la casa de coches asegura que el vehículo fue "mal utilizado e inadecuadamente mantenido", se comenta en el informe, las dos causas que sumadas contribuyeron al trágico accidente que hace dos años acabó con la vida del protagonista de Fast And Furious y su amigo, Roger Rodas, el piloto en el momento del incidente.
La demanda de la huérfana pone en entredicho la falta de control de la estabilidad del coche y un cinturón de seguridad defectuoso, elementos que contribuyeron, según los abogados de la joven, al fallecimiento de su padre. "Sabiendo que el Carrera GT tenía un historial de problemas de inestabilidad y de control, no se pudo instalar un sistema de control electrónico de estabilidad, específicamente diseñado para proteger contra las acciones de girar inherentes a la hipersensibilidad vehículo de este tipo", detalla la denuncia de la joven de 16 años, que mantiene además que si el cinturón no hubiera estado en mal estado, su padre podría haber salido del coche antes de que este se incendiara.
La estrella cinematográfica murió en la colisión en noviembre de 2013 después de que su amigo, Roger Rodas -que conducía- perdiera el control del coche. La policía consideró que fue el exceso de velocidad la causa del accidente, al asegurar que el conductor iba de 128 a 150 kilómetros por hora en el momento del mortal percance.