MADRID, 6 Ago. (CHANCE) -
Dispuesta a dejar sus deudas económicas atrás y a comenzar una nueva vida en Madrid, Isabel Pantoja ha dado un paso al frente y está más cerca que nunca de vender Cantora. Tal y como adelantó Antonio Rossi hace unos días, la cantante se encuentra en plenas negociaciones con el otro propietario de la finca, su hijo Kiko Rivera, para cerrar la operación, de la que cada vez conocemos más detalles.
Al parecer, la que ha sido su 'jaula de oro' en los últimos años, se vendería a un fondo inversor que tendría en mente construir un hotel rural en Cantora. Y el precio rondaría los 4 millones de euros. La artista habría propuesto a su hijo -a través de intermediarios, puesto que su relación continúa siendo nula- comprarle su parte (un 47,60%) por dos millones de euros y una condición: que el Dj se hiciese cargo de la parte de deuda que arrastra la propiedad que heredaron de Paquirri.
Algo a lo que no estaría dispuesto Kiko, que habría puesto la condición de no asumir las cargas hipotecarias y deudas que acarrea la finca.
Una información que ha salido a la luz coincidiendo con el 68 cumpleaños de Isabel -el pasado 2 de agosto- y con su reaparición en Castellón tras un mes de baja por motivos médicos. Casualidades de la vida, el DJ actuó el mismo día en la localidad castellonense de Vall de Uxó, a pocos kilómetros de su madre, pero el esperado reencuentro no se produjo, dejando claro que su relación continúa en punto muerto.
Las cámaras de Europa Press fueron testigos en exclusiva de la llegada de Kiko al aeropuerto de Castellón, muy afectado puesto que horas antes un hombre falleció en una atracción de feria en las fiestas de Matamá, en Vigo, donde el hijo de la tonadillera estaba dando un concierto. Una tragedia tras la que el marido de Irene Rosales ha reaparecido cabizbajo y sin confirmar ni desmentir qué hay de cierto en su negociación con su madre para vender Cantora.
Pero como dicen los artistas, 'the show must go on' -'el show debe continuar'- y reponiéndose de este duro trance, e ignorando que Pantoja estaba muy cerca de él, Kiko se convirtió en la estrella de las fiestas de La Vall d'Uixo y lo dio todo sobre el escenario después de ser recibido con un emotivo vídeo en el que se hablaba de su infancia: "Érase una vez un niño que soñaba con la música. desde pequeño, rodeado de artistas y músicos, sentía que las notas musicales, acordes, corrían por sus velas. Pasaron los años, y ese niño fue creciendo, al igual que su pasión por aprender y desarrollar sus habilidades musicales. Poco a poco, fue cumpliendo su sueño, haciendo llegar a miles de personas. Y hoy ese niño, está aquí. Está aquí para seguir cumpliendo sus sueños, hacernos disfrutar a todos con su música".