MADRID, 30 Dic. (CHANCE) -
Las alarmas saltaban a primera hora en Los Ángeles cuando Blac Chyna y Kris Jenner acudían a las urgencias del mismo centro médico de Hidden Hills (Los Ángeles), donde residen las familias de la cantante y la estrella televisiva.
La rapera no acudió con Dream, el bebé que tuvo el pasado mes de noviembre, por lo que todas las sospechas de una posible emergencia médica apuntan a Rob Kardashian, la única persona en común para ambas celebridades. Desde hace días se teme una recaída en la depresión en la que ha estado sumido Rob desde hace años después de que su pareja decidiera abandonar el hogar familiar, llevándose a su hija y al pequeño King Cairo, hijo de Chyna y Tyga. Conocidos son los problemas de salud que sufre el joven de 29 años, como la diabetes, enfermedad que ha provocado algún que otra hospitalización en el pasado.
La matriarca fue al hospital acompañada de su pareja, Corey Gamble, cubierta con un mono militar con capucha, para tratar de esquivar la mirada de los curiosos y ponérselo difícil a los cámaras allí apostados. También trató de pasar inadvertida la empresaria de 28 años, que optó por un abrigo negro también con capucha y gafas de sol.
Esperemos que no se trate de nada grave y la saga televisiva pueda terminar 2016 con algo de tranquilidad. Lo cierto es que este año que acaba no será recordado con agrado porque son muchas las cosas que han sucedido y no todas buenas. Todo parecía ir a las mil maravillas hasta abril, cuando Lamar Odom volvió a las andadas. Las asiduas visitas del ex NBA a los bares, su recaída en el alcohol y su negativa a oír los consejos de sus médicos llevó a Khloé Kardashian a tomar la decisión de retomar el proceso divorcio, que firmaron hace pocos días. El matrimonio, al que la joven había dado una oportunidad después de que el exdeportista estuviera a punto de perder la vida de una sobredosis, estaba visto para sentencia.
Poco después, en octubre, el brutal asalto sufrido por Kim Kardashian en París hizo que la familia, casi al completo, parara su actividad social. La estrella de 36 años lleva desde entonces recluida en su residencia, ha cortado cualquier actividad en sus concurridas cuentas sociales y todavía le queda un arduo camino hasta superar el trauma del ataque a punto de pistola. Si no tuviera poco con el miedo que tiene metido en el cuerpo, desde hace semanas no le quita ojo a su marido, Kanye West, que estuvo hospitalizado durante una semana debido a una crisis de agotamiento. Sin embargo, el rapero podría sufrir paranoia y depresión, dos procesos con los que lidia hace tiempo y que habrían desatado una crisis por la tensión acumulada tras el trágico incidente sufrido por su esposa.
La situación del matrimonio es compleja en estos momentos y, aunque se descarta el principio la palabra divorcio, parte de su entorno asegura que están acudiendo a terapia de pareja. Ella está muy preocupada por la relación actual de West con sus hijos.
Todos estos acontecimientos han transformado por completo la agenda de la familia, por lo que Kris Jenner, la matriarca y jefa de todo, decidió de acuerdo con la cadena E! paralizar la grabación de los últimos episodios de la última temporada de Keeping Up With Kardashian. Solo sus hijas pequeñas, Kendall y Kylie, que vivió un breve enfado con su pareja, Tyga, a principios de año; el padre de ambas, Caitlyn Jenner, volcado en sus actividades a favor del colectivo transexual, y Kourtney Kardashian parecen vivir ajenos a los malos tiempos. Incluso esta última podría estar planteándose dar una nueva oportunidad, la tercera, a su expareja, Scott Disick, que parece haber superado sus problemas con el alcohol.