MADRID, 16 Abr. (CHANCE) -
Rocío Flores lleva unas semanas muy complicadas. Concretamente desde que el pasado 21 de marzo se estrenó la serie documental en la que su madre, Rocío Carrasco, ha dado un paso al frente y, tras 25 años de silencio y de soportar cómo los demás hablaban de su vida, se pronuncia por primera vez sobre su separación de Antonio David Flores, la nula relación con sus hijos, el fallecimiento de su madre, Rocío Jurado, y el distanciamiento de toda su familia materna, además de desvelar su desgarrador intento de quitarse la vida en agosto de 2019, tras enterarse de que su exmarido concursaría en 'Gran Hermano Vip' y su hija sería la encargada de defenderle en los platós.
Un desgarrador testimonio en el que Rocío Flores, con quien no tiene relación desde hace casi 9 años, está siendo una de las grandes protagonistas. Haciendo gala de su fuerza y su entereza en estos durísimos momentos, la joven ha aguantado estoicamente las preguntas de la prensa sobre las durísimas revelaciones de su madre acerca de su padre sin flaquear ni un solo momento, aunque confesando que lo está pasando mal y que sobrelleva la situación como puede.
Aun así, intentando continuar con su vida al margen de la docuserie de su madre, Rocío ha fichado como colaboradora de 'El programa de Ana Rosa' y de 'Conexión Honduras' para defender a la mujer de su padre, Olga Moreno, en 'Supervivientes'. Un debut televisivo que le ha granjeado no pocas críticas en los últimos días, puesto que al parecer la joven habría vetado a varios tertulianos muy críticos con Antonio David, como Paloma García Pelayo o Belén Rodríguez.
Al margen de todo, y sin ningunas ganas de hablar ni de los últimos acontecimientos que rodean a su familia - últimas revelaciones de Rocío Carrasco en su docuserie, las declaraciones de Amador Mohedano desmintiendo a su sobrina o el ingreso de Raquel Mosquera por un brote psicótico tras las insinuaciones que se han hecho sobre su marido, Pedro Carrasco - Ro ha regresado a Madrid para continuar con su faceta de colaboradora tras pasar dos días en compañía de su familia.
Dejando de lado su habitual comprensión con el trabajo de la prensa, Rocío ha estallado y, visiblemente nerviosa y angustiada, ha repetido en varias ocasiones que "por favor" la dejásemos en paz porque "me estoy muriendo de vergüenza ahora mismo. Está todo el mundo mirando, me estáis haciendo pasar la vergüenza del siglo en el tren y no tengo nada que decir". Una reacción que refleja que la presión mediática empieza a hacer mella en ella a medida que avanzan las semanas y su madre sigue desvelando su desgarrador testimonio.
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