MADRID, 15 Oct. (CHANCE) -
Arantxa Sánchez Vicario se encuentra en uno de los peores momentos de su vida. Atrapada en un largo proceso judicial que le ha llevado a tener embargados sus ingresos, presentes y futuros, para saldar su deuda con el Banco de Luxemburgo. Pero este solo es el presente de una historia que se remonta a 2008, año en el que decide casarse con Josep Santacana, a pesar de la oposición de su familia. Ahí comenzó el calvario de los Sánchez Vicario, como desvela Lecturas.
La relación entre Arantxa y sus padres, Emilio y Marisa, se rompió por completo en 2010, cuando la extenista decidió demandar a su padre y su exbogado por delitos de mala gestión de su patrimonio. La deportista en su propia autobiografía acusaba a sus progenitores de haber arruinado su vida, como descubre Lecturas. Una demanda que la audiencia de Barcelona admitió a trámite en 2013 e imputó a Emilio Sánchez padre, aunque ahora haya sido apartado por el avanzado estado de su alzheimer.
Además, durante todo este tiempo Arantxa había acarreado una deuda de 5,2 millones de euros con Hacienda por el impago de impuestos durante los años 1989 y 1993. Ante todos estos problemas económicos y judiciales, ella intentó hacer frente a la deuda con Hacienda pidiendo un aval al banco Sadadell que iba a ser contravalado por un dinero que tenía depositado en el Banco de Luxemburgo.
Pero lo que no sabía la tenista era que su padre había retirado todo el dinero de este banco para invertirlo en fondos de inversión fraudulentos, perdiendo todo el dinero y teniéndose que enfrentar al banco de Luxemburgo en 2011 por un importe de 7,5 millones de euros (2,5 millones de la suma son de intereses).
ARANTXA DEBE 7,5 MILLONES A UN BANDO DE LUXEMBURGO Y 1,5 A HACIENDA
Sus problemas económicos rondan casi los 10 millones de euros, ya que a los 7,5 millones que debe al Banco de Luxemburgo hay que sumarle los 1,5 millones de euros que aún debe saldar con Hacienda.
La venta de su lujoso chalet en Barcelona y de su mansión en Formentera no le han servido para pagar todas sus deudas. Por ese motivo, la justicia ha decidido embargar todos sus ingresos presentes y futuros.
Un horizonte muy negro para la extenista que lo afronta desde Miami, su residencia actual donde intenta sacar una sonrisa con su marido Josep y sus hijos: Arantxa de 5 años y Leo de casi tres meses.