MADRID, 15 Abr. (CHANCE) -
La modelo Sandra Ibarra celebraba hace unos días su 40 cumpleaños y es que se ha convertido en un ejemplo de lucha y superación día a día. Tras ganarle la batalla a la leucemia ha aprendido que lo más importante en la vida es no rendirse nunca.
Rodeada de sus amigos y familiares, entre los que se encuentra su actual pareja, Juan Ramón Lucas, sus hermanas, su madre y Nieves Herrero, una de sus mejores amigas quisieron estar acompañando a Sandra en un día tan especial, y es que como ella misma afirma: "Me hace mucha ilusión llegar a los 40 porque no sabía si iba a llegar, es una buena cifra para la estadística que daban sobre mí", unas palabras llenas de esperanza y felicidad.
Después de una vida marcada y dirigida por su lucha contra el cáncer, Sandra no mira hacia atrás, y se plantea la maternidad, "estoy apurando mucho para tener un hijo porque a mí la vida no me ha dejado decidir, me ha dejado los últimos años en los que he hecho muchos proyectos, y cuando tenga un hijo quiero disfrutar a mi hijo y tendría que parar". Ahora se encuentra con fuerza y muy emocionada pero recuerda que ser madre para ella no es fácil ya que: "Me radiaron los ovarios por lo que tendría que intentar estimulación ovárica".
Pero Sandra es una mujer fuerte y hace gala de ello como lo ha hecho siempre, "he roto muchas estadísticas y ojalá pueda cumplir y si no existe la adopción, me gustaría también ser mamá para dar esperanza a muchas mujeres".
Si hay alguien que le apoya en todo lo que hace es su pareja, Juan Ramón Lucas, que después de una década de relación continúa a su lado compartiendo los buenos y los malos momentos. En cuanto a pasar por el altar confiesa: "Vamos ha hacer diez años juntos con lo cual estamos casadísimos, pero no estaría mal compartir con amigos el amor que tenemos, ellos nos lo piden, y con tantas peticiones al final acabaremos haciéndolo seguro".
Con muchos planes de futuro y sin mirar atrás, así entra Sandra en su nueva etapa y es que si algo ha dejado claro esta mujer es que es fuerte y que un cáncer como el suyo no tiene porque ser el final si no el principio de una lucha constante y un afán de superación.