MADRID, 14 Ago. (CHANCE) -
En medio de la tempestad, siempre hay un hueco para la calma y la tranquilidad. Así se lo toma Sara Carbonero después de vivir su verano más amargo por la enfermedad que padece y tras el infarto que sufrió su marido Iker Casillas.
La periodista quiere dejar de lado esos momentos tan amargos, y prefiere recibir los buenos días con su persona favorita, uno de sus hijos dándole un beso de buena mañana. Una imagen tierna y feliz de la presentadora que continúa recuperándose de su enfermedad y para ellos ha decidido pasar sus vacaciones con la gente que más quiere, su familia.
Pero a pesar de la tranquilidad y el campo, el matrimonio se ha encontrado con algo inesperado, un incendio que asolaba la zona, en Navalacruz, pueblo que vio crecer al futbolista. A pesar del susto, la pareja, sigue aprovechando todos los momentos para disfrutar de unas merecidas vacaciones.