MADRID, 18 Dic. (CHANCE) -
Con la llegada de la Navidad, son muchos los hijos de famosos que disfrutan de unas merecidas vacaciones que dan comienzo con unas entrañables fiestas en sus respectivos colegios. Éste ha sido el caso de Shakira y Piqué que acompañaron a su hijo Milan en la multitudinaria celebración que tuvo lugar en la guardería donde ha comenzado a cursar la enseñanza.
No cabe duda de que la consagrada artista y el futbolista del FC Barcelona viven uno de los momentos más dulces de su vida en la feliz espera por el nacimiento de su segundo hijo, un varón, que se convertirá en el perfecto compañero de juegos de su hermano Milan, de dos añitos de edad.
El embarazo de Shakira era un secreto a voces antes de que se confirmase oficialmente. Unas fotos de la colombiana a principios de este verano, en las que lucía una barriguita más prominente de lo habitual, hicieron saltar todas las alarmas. Aunque intentaron por todos los medios mantener el que era un secreto a voces, Carlos Vives confirmaba el estado de buena esperanza de su compañera y amiga "Shakira está embarazada y muy contenta por ello", comentó ante la prensa.
Apenas unas horas después de conocer que van a ser padres de otro niño, Shakira y Piqué aparecían en público por primera vez con motivo del partido que enfrentaba a Estados Unidos y Eslovenia en los cuartos de final de la Copa del Mundo de baloncesto en el Palau Sant Jordi. La mejicana ya presumía de una incipiente barriguita. Un mes después la pareja confirmaba los rumores colgando una foto en sus respectivas redes sociales donde la colombiana lucía con orgullo su embarazo, mimada por Piqué.
En esta ocasión Shakira y Piqué no han dejado pasar la oportunidad de disfrutar de la tradicional fiesta de Navidad de su hijo Milan celebrada en su colegio, que marca el comienzo de estas entrañables fiestas. La pareja estuvo acompañada por William Mebarack y Nidia Ripoll, padres de la cantante, así como por su hermano, Tonino.
Finalizada la celebración, la afamada artista y el futbolista abandonaron las instalaciones, no sin antes despedirse de los profesores de su hijo. Mientras que William y su hijo Tonino se marchaban juntos, la orgullosa abuela prefería hacerlo junto a su hija y su yerno y poder disfrutar aún más de su nieto.
El pequeño, sentado en su sillita homologada, lucía una radiante sonrisa. Y es que a punto de cumplir su segundo año de edad, se ha convertido en un niño muy despierto y risueño que pronto dejará de ser el rey de la casa.
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