MADRID, 7 Jun. (CHANCE) -
Shakira ha desatado una auténtica revolución con su regreso a España. Desde que aterrizó el domingo en Barcelona la expectación es máxima y los alrededores de su casa en Espluges de Llobregat se han convertido en un hervidero de actividad para descubrir el próximo movimiento de la cantante.
Decenas de fans que sueñan con que su ídolo salga a saludarlas y a hacerse una fotografía con ellos, numerosas cámaras dispuestas a no perder detalle de lo que la colombiana haga en los próximos días, y un ir y venir de trabajadores, repartidores -como un empleado de una farmacia que este martes acudió al lugar en dos ocasiones para entregar diferentes productos- y gente de confianza de la cantante de 'Acróstico'; entre ellos, Tonino, hermano y mano derecha de Shakira, al que hemos visto entrar y salir de la residencia familiar en numerosas ocasiones al volante de su coche.
Muy serio, y tan discreto como suele ser habitual en él, Tonino ha dado la callada por respuesta a las preguntas de cuándo veremos a la artista y qué va a hacer durante los 15 días que permanecerá en Barcelona. Impasible, su hermano tampoco ha confirmado ni desmentido los fuertes rumores que circulan acerca de una incipiente relación entre la colombiana y Lewis Hamilton.
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Precisamente para evitar que le pregunten por su posible affaire con el piloto de Fórmula 1, Shakira ha encontrado una manera de controlar a la prensa: instalar cámaras de seguridad a las puertas de su casa. A pesar de que en teoría éstas debían apuntar hacia el interior de la vivienda -ya que es ilegal grabar la vía pública- están giradas para no perder detalle de quién está en todo momento en su calle.
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Una estrategia para ver cuando hay menos menos de comunicación en el lugar y aprovechar el momento para salir en la parte de atrás del coche de Tonino -algo que ha hecho en las tardes de este lunes y este martes- y cumplir con sus gestiones pendientes en Barcelona sin ser vista.
La principal, reunirse con su abogado, Pau Molins, para preparar su juicio contra Hacienda. A pesar de que no empieza hasta el próximo noviembre, Shakira se enfrenta a una multa de 23 millones de euros y a una pena de 8 años de cárcel, por lo que no quiere dejar ningún fleco suelto y aprovechará su estancia en España para ultimar su defensa. Una reunión que podría ser inminente y que la cantante intentará por todos los medios que no trascienda públicamente.
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